Los vecinos de Ruta 40 y Ruta Provincial 295, en el ingreso a Cochagual, Sarmiento, están enojados. Es que desde el 6 de enero pasado, fecha en la que se detuvo la obra de ampliación de la Ruta 40 Sur, viven rodeados de una nube de tierra. Mientras en la Nación buscan cómo destrabar el reinicio de la obra, en este lugar cientos de vehículos pasan por día por el desvío, que no está pavimentado y que no es regado con la misma frecuencia que antes. Dicen que no pueden tender ropa en el patio de sus casas, que no pueden abrir las ventanas para ventilar las viviendas porque todo se les llena de polvo.

Al recorrer la obra, aún se puede ver la señalización vial que tiene el objetivo de brindar seguridad y los enormes montículos de tierra que están en los lados de la ruta, entre otras cosas. En este contexto, los vecinos mostraron su enojo. Es que por la Ruta 40 hay tránsito a toda hora, todos los días y dijeron estar cansados porque ya no riegan el desvío como lo hacían cuando estaban trabajando. "Mi hija tiene asma y está con tratamiento. La tengo encerrada todo el día, porque los médicos me recomendaron que evite la tierra, pero acá es casi imposible", dijo Andrea Páez, que vive justo en el cruce de Ruta 40 y la 295. La mujer tiene un almacén y dijo que está acostumbrada a escuchar las quejas de los vecinos de la zona. Al igual que ella, otras personas de ese lugar dijeron que hablaron con los ingenieros de la obra y que les prometieron que iban a mandar camiones regadores con mayor frecuencia, pero eso no pasa. "A este problema hay que sumarle que esos palitos blancos que colocaron -para marcar el desvío- en las noches no se ven y son peligrosos", dijo Ramona Ruarte, otra vecina del lugar.