Mubarak ha perdido apoyo de su aliado clave EEUU, que lo presionó fuertemente para que diera el paso a una transferencia democrática de cara a las elecciones presidenciales.

También parece haber perdido el apoyo incondicional de las fuerzas armadas. Su partida podría reconfigurar el mapa geopolítico de Oriente Medio, con implicaciones desde Israel hasta el gigante petrolero Arabia Saudita.

Protestas en otros países árabes como Jordania y Yemen presionaron a una subida de los precios del petróleo ante temores de que los problemas se propaguen al mayor productor mundial de crudo, Arabia Saudita, y a que se vea afectado el transporte a través del Canal de Suez, principal vía para el comercio entre Oriente y Occidente.