Pasaron dos años del accidente que le costó la vida a Melanie Arguello, una joven santaluceña de 17 años.  Pese al dolor, su familia donó sus órganos y sueña con conocer al pequeño que encabezaba la lista de emergencia nacional  y que recibió su hígado.

“No hay un día en que no piense que mi hermana salvó una vida y una parte de ella aún  está entre nosotros”, contó emocionada Verónica, una de las hermanas de Melanie.

La madrugada del sábado 30 de abril del 2016 la estudiante secundaria  circulaba en moto junto a su novio por la Ruta 20, a la altura de la empresa 20 de Junio, cuando  fue embestida por un auto.

Cinco días después los médicos le diagnosticaron muerte cerebral y su familia se encontró en la encrucijada de donar o no sus órganos. “En principio dije que no, pero después fue mi mamá quien nos contó que mi  hermana había pedido, en vida, ser donante”, contó.

Finalmente, se donaron las córneas, un riñón y el hígado.

No pasaron más de dos meses hasta que la familia Arguello recibió una carta del Incucai que los conmovió profundamente. El hígado había  sido trasplantado en el Hospital  Garrahan a un chiquito de 3 años que por ese entonces encabezaba la lista de emergencia nacional.

“Mi hijo estaba por cumplir tres años y fue muy fuerte la coincidencia. Mi hermana era muy afectuosa con los chicos y de repente le estaba salvando a un nene”, agregó Verónica.

La intención de la familia es conocer al pequeño y saber cómo continuó su vida  tras el trasplante y encontrar que  algo de Melanie sigue vivo”.

Los demás receptores

Hasta donde Verónica pudo conocer, las córneas fueron receptadas por dos pacientes sanjuaninos pero no pudo concretar el encuentro con la donante ya que la familia se negó por “no estar preparada”.

El riñón mejoró la condición de vida de una mujer mendocina.