“Cuando la gente me saludaba no sabía qué hacer, cómo reaccionar. Pensé en algún momento que estaban locos. Nunca en mi vida imaginé que me iban a recibir así”.

“Esta Vuelta fue distinta a la de 2011. Ver tanta gente en la Avenida me conmovió. A mí no me gusta terminar en el velódromo. Si la carrera es de ruta debe terminar en la ruta”.