El automovilista que murió el lunes en un siniestro vial en 9 de Julio conducía bajo los efectos del alcohol. Según fuentes judiciales, el análisis toxicológico arrojó que presentaba 1,96 gramos de alcohol por litro de sangre, es decir, casi el cuádruple del límite permitido (0,5 g/l). 

El hombre se llamaba Juan Pablo Montoya y tenía 54 años. La desgracia puede ser aún más grande, pues se encuentra internado un nieto del conductor, que viajaba en el mismo auto. Ese chico tiene 17 años y se llama Lucas Céspedes. Se encuentra internado con una grave lesión en su cabeza, precisaron los voceros. 

El siniestro se produjo a eso de las 18.45 del último lunes, cuando el fallecido Montoya conducía su Volkswagen Bora por la Ruta 155 en dirección al Oeste. Iba acompañado por su nieto y por su esposa, Rosana Chandía (49). 

Grave. Lucas Céspedes, nieto de la víctima fatal, está internado en grave estado.

Mientras que en sentido contrario circulaba el otro vehículo involucrado, un Volkswagen Polo guiado por Hugo Laureano Giménez. En ese auto también viajaban la esposa del conductor, dos hijas, dos yernos y dos nietos, provenientes de Ullum rumbo a su domicilio en 25 de Mayo. 

El resultado fue trágico tras el impacto de los autos. La hipótesis es que el fallecido, a alta velocidad y posiblemente zigzagueando, invadió el carril contrario, impactando con su costado izquierdo el costado izquierdo del Polo, que venía de frente, señalaron fuentes del caso. 

Producto de ese toque, el Polo se desvió hacia la banquina derecha, quedando allí parado. Su conductor fue atendido por un corte en el mentón, mientras que sus familiares salieron con raspones leves. 

El auto en el que iba el conductor fallecido.

Diferente fue la suerte de los ocupantes del Bora, que tras el choque siguió su marcha hacia la banquina (costado Norte) ingresando a un sector de matorrales y arbustos, donde tras varios metros de descontrolada carrera dio varios tumbos hasta quedar varado ruedas arriba, a unos 30 metros de la ruta. Montoya salió despedido y su cuerpo sin vida quedó a unos 23 metros del auto, dentro de un canal sin agua. Su esposa y nieto fueron enviados al Hospital Rawson, ella sin riesgo de vida pero el chico en grave estado. 

El hecho es investigado por el fiscal de la UFI Delitos Especiales Francisco Micheltorena, asistido por el ayudante fiscal Adrián Elizondo. 

El análisis toxicológico practicado al conductor del Polo determinó que también había bebido, pero sin excederse, pues no superó los 0,5 g/l permitidos por la ley.

El VW Polo en el que viajaba la otra familia involucrada en el accidente.