Cerca de las 23 y luego de casi 12 horas de toma, los manifestantes del Polo Obrero que habían  tomado la Catedral para reclamar por viviendas abandonaron  el templo.

Ayer antes  del mediodía cuando el grupo irrumpió corriendo fueron recibidos por el párroco, quien rezó junto a ellos e incluso les dio una bendición. Sin embargo, al ver que no deponían su actitud y ante la imposibilidad de oficiar misas, se trasladó hasta la Comisaría y realizó la denuncia.

Con el correr de las horas, el grupo decidió abandonar la iglesia "voluntariamente y en paz", según reconocieron desde el  Arzobispado.