La balanza del reinado del Sol 2010-2011 tiene un platillo flotando y otro sobrecargado. Por un lado, fue una gestión con escasa presencia real en los eventos oficiales de nivel nacional, trampolín natural para las aspiraciones a posicionar la fiesta como atractivo turístico. Por el otro, hubo algunos hechos puntuales que gravitaron fuerte en la imagen de la Reina y de la Virreina, pero no precisamente para bien: un escándalo con la primera, una polémica con la segunda.

El primer compromiso importante de la dupla real había terminado convirtiéndose, sin que nadie lo sospechara aún, en un verdadero presagio: un plantón en Mendoza, donde estaban invitadas para la Fiesta de la Vendimia. Los anfitriones iban a alojarlas en una escuela hogar, gesto que fue leído como un desaire por las autoridades locales, que decidieron entonces que las soberanas del Sol no fueran a la celebración de los vecinos.

A partir de ahí, el derrotero de Macarena Guerrero y de Ana Victoria Ossa se bifurcó. La Reina siguió asistiendo a algunos eventos afuera de la provincia, pero su itinerario comenzó a perder grosor conforme pasaban los meses. Una evidencia sólida fue durante los festejos del Bicentenario de la Patria, en Buenos Aires, donde la joven vallista estuvo en el stand sanjuanino pero no se mostró en el carruaje del Desfile Federal. El argumento oficial fue que "no había espacio" para ella.

Su ausencia también se hizo notar en la gira internacional de la muestra Titanes de Ischigualasto, algo que ella misma lamentó. Los dinosaurios llegaron a China, pero la Reina sólo los pudo acompañar hasta Palermo, en Buenos Aires. Muy a su pesar, estar lejos de la exposición ideal generaba la inmediata analogía con su antecesora, Maira Márquez, quien al final de su mandato tuvo que salir a pedir perdón por "borrarse", aunque en su caso fue debido a la enfermedad de su madre. Y curiosamente, el hecho que más hizo resonar el nombre de Macarena fue el embate que sufrió por parte de una docente de la Facultad de Filosofía de la UNSJ: la chica generó más cobertura por ese escándalo que por su gestión.

Uno de los últimos faltazos de la Reina fue a la clásica producción de fotos del Personaje del Año que hace DIARIO DE CUYO: era la primera vez que las soberanas del Sol no asistían.

El caso de Ana Victoria fue más notorio aún. La calingastina prácticamente desapareció de la escena oficial al poco tiempo de mandato y se le reconoce sólo una salida a Buenos Aires. Ella misma dijo estar muy descontenta con esa situación, lo que despertó polémica. Pero lejos de amedrentarse, lo repite hasta hoy. Hija de un reconocido empresario turístico que se manifestó varias veces contra la minería, dice que haber quedado de lado en las actividades de la corona le pasó en el ámbito provincial, no en su departamento. Y que intentó modificarlo, pero que jamás le hicieron caso.