Rodrigo dejó San Juan  hace dos años con el objetivo de llegar como mochilero a México, sin embargo se quedó en Brasil. Fue allí donde hace tres meses lo encontraron sin vida y lo que empezó como una aventura se convirtió en el calvario de su familia.  Su mamá tiene dudas respecto a cómo murió y necesita más de 300 mil pesos para abrazar los restos de  su hijo mayor.

“Cuando cumplió los 18 años  agarró su  mochilita y  se fue a hacer malabares. Cuando llegó a Minas Gerais se quedó e hizo un montón de amigos. En dos años no lo vi más que por videollamadas y necesito sus restos”, contó Silvana, la mamá de Rodrigo de Paz.

La incertidumbre de la familia sanjuanina empezó aquel 26 de junio cuando  recibieron la llamada dando la noticia que el joven de 20 años había sido hallado ahorcado. “Yo hablé con él un día antes y me dijo ´ya veo si pego la vuelta´. No tenía problemas con nadie y tampoco estaba deprimido, queremos que la policía brasilera continúe investigando”, dijo.

Pasaron tres meses y la angustia de  Silvana aumenta ya que aún no puede reunir los 3.500 dólares, unos 344. 000 pesos,  que  necesita para que el cuerpo sea cremado y luego trasladado hacia el país.

“Estamos en contacto con el consulado y la policía, pero  me piden que agilicemos los trámites porque ya pasó mucho tiempo y hay que cremarlo. Además de mí, hay cuatro hermanos esperando por Rodri”, concluyó.