Ignacio Quintero tiene 11 años y hace algunos días presentó síntomas que alarmaron a sus padres, quienes lo llevaron a una guardia médica y por los análisis que le hicieron todo estaba normal pero su papá no se quedó conforme con esa contestación y por su insistencia pudo descubrir qué le pasaba.

Alejandro dialogó con DIARIO DE CUYO y explicó que su pequeño tenía 40 grados de fiebre y le había salido un sarpullido en el cuerpo. En primer lugar, fue tratado por una infección pero no mejoraba. Preocupado porque en los análisis no salía ninguna anomalía, decidió consultarle a un pariente que es pediatra.

Tras hacerle análisis de sangre más avanzados, el profesional José Luis Quintero armó un rompecabezas que dio con lo que padecía Ignacio: había desarrollado síndrome de Pims.

Internado junto a su madre, en el Hospital Rawson les hicieron el test para descartar que tuvieran coronavirus. Luego de estar aislados en el área Covid, fueron notificados que no atravesaban dicha enfermedad pero que los antígenos de ambos eran altísimos por lo que se enteraron que habían transitado el virus de manera asintomática. "En ese momento nos dimos cuenta que el haber superado el Covid, le había dejado una secuela que desconocíamos completamente", expresó Alejandro.

Ignacio aún permanece internado pero su evolución lo hizo salir de Terapia. Durante varios días había tenido fiebre que era imposible de dominar y gracias al diagnóstico temprano, comenzó un tratamiento para sobrellevar el síndrome que según sus siglas en inglés es "síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico" (PIMS). 

A partir de ese momento, la lectura para informarse sobre el tema se volvió habitual en los padres de Ignacio y tuvieron la necesidad de contar su experiencia para ayudar a quienes atraviesen una situación similiar. "El coronavirus fue nuevo para todos y esta secuela también lo es", remarcó.

Cabe destacar que en Argentina, el Ministerio de Salud lo incluyó, en julio del 2020, como criterio de caso Covid-19 en niños y adolescentes. Por su parte, los especialistas realizaron un exhautivo abordaje para que los profesionales del país pudieran detectarlo a tiempo y tratarlo.

Síntomas

  • Fiebre que dura más de 24 horas
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Dolor de estómago
  • Sarpullido
  • Cansancio inusual
  • Latidos rápidos del corazón
  • Respiración acelerada
  • Ojos rojos
  • Enrojecimiento o hinchazón de los labios y la lengua
  • Enrojecimiento o hinchazón en las manos o los pies
  • Dolor de cabeza, mareos o aturdimiento
  • Agrandamiento de los ganglios linfáticos

¿Qué lo causa?

Todavía no se sabe con certeza, pero sí está claro que el PIMS consiste en una respuesta inmunitaria excesiva relacionada con al coronavirus. Puede ocurrir en niños y jóvenes sanos y sin antecedentes de otras enfermedades que superan el Covid-19 sin mayores complicaciones, pero entre tres y seis semanas después desarrollan una reacción inmune irregular.

Luego del contagio, sin embargo, existe la posibilidad de que quede un desorden, una desregularización de su propio sistema de defensas que provoca esa respuesta inflamatoria, según explicó un médico en la BBC Mundo. Esto es lo que los expertos llaman una “tormenta de citoquinas”. Las citoquinas son mensajeros químicos inflamatorios que se detonan como respuesta a una infección.

PIMS y Kawasaki

La mayor cantidad de casos de PIMS se reportaron en niños, niñas y jóvenes entre los 7 y los 12 años, pero también se identificaron casos en bebés y en pacientes de hasta 23 años. Los especialistas han encontrado muchas similitudes entre el PIMS y la enfermedad de Kawasaki, un mal que provoca la inflamación de algunas arterias, sobre todo coronarias, y afecta mayormente a niños menores de 5 años.

Tanto el PIMS como Kawasaki desatan una respuesta inmune irregular y ambas condiciones parecen detonarse a raíz de un virus respiratorio. En el caso del PIMS, el detonante sería el SARS-CoV-2 que causa el coronavirus.

El PIMS también podría estar asociado con una predisposición genética, pero aún hace falta más investigación para identificar si existe esa conexión y en qué consiste. “La gran pregunta es entender qué población es susceptible”, comentó el doctor Alberto Paniz-Mondolfi, director de Microbiología del Hospital Monte Sinai en Nueva York, donde ha realizado investigaciones con pacientes de PIMS.

Las investigaciones de Paniz-Mondolfi en Nueva York mostraron que el PIMS es más frecuente en niños de origen latino/hispano y afro, pero aún se necesitan más datos para entender si existe una relación genética.

Tratamiento

Gracias a lo que se conoce de la enfermedad de Kawasaki se pudo desarrollar un tratamiento para combatir el PIMS, según explicó Paniz-Mondolfi. El tratamiento puede incluir antiinflamatorios y medicamentos para facilitarle el trabajo al corazón, con apoyo de oxígeno en algunos casos.

También, puede incluir antibióticos, no para tratar el PIMS, sino para descartar que además haya alguna infección que esté pasando desapercibida por culpa del PIMS.