El sonido de un tambor fabricado con medio tacho de lata y revestido en cuero sirvió para anunciar que la procesión estaba por comenzar.

También para acompañar el peregrinar de la gente que, entre jarillas y piedras, acompañó a su patrona, rezando el rosario luego de que una vecina decidió comenzar y guiar el rezo. No contaron con la presencia de ningún cura, pero eso no les impidió manifestar su fe.

Son los habitantes de Las Chacras, una localidad caucetera, que el lunes pasado hicieron una peregrinación en honor a Nuestra Señora de Andacollo a la que ellos mismos eligieron como su protectora.

Desde el mediodía los vecinos se encargaron de limpiar la capilla que ellos mismos construyeron en medio del poblado y de adornar con flores las dos imágenes que tienen de la Virgen.

También de regar el descampado donde por la noche tendría lugar los espectáculos artísticos que llevó el municipio de Caucete para participar de esta fiesta religioso en la que ya no sólo participan las 22 familias que viven en el lugar.

De un tiempo a esta parte el evento comenzó a contar con la participación de feligreses que llegan desde otros departamentos para agradecer o pedir bendiciones, pese a que no es muy sencillo recorrer los 35 kilómetros de huellas de acceso a Las Chacras, localidad que queda a 160 kilómetros de la ciudad de Caucete.