Por cuestiones de la vida, Ariel Torres y Juan Ignacio Subire se convirtieron en padres con coraje. Ambos enviudaron hace poco y asumieron solos la crianza de sus hijos con la prioridad de hacerlos felices. Hoy, en el Día del Padre, los dos compartieron con DIARIO DE CUYO sus historias de lucha y voluntad para rearmar sus hogares y continuarlos sin la compañía de sus compañeras de vida. 


Desde hace poco más de dos meses, Ariel Torres, de 42 años y reconocido periodista de la provincia, se convirtió en padre y madre de sus hijos Matilda (9) y Lautaro (13), a quienes prometió sacar adelante, tras el dolor y la tristeza de perder a su mamá, la también reconocida periodista Virginia Martín, el pasado 29 de marzo. Admitió que esta tarea no será fácil, pero aseguró que está decidido a dar todo de sí para lograrlo. Y en este corto tiempo de viudez ya aprendió algunas lecciones para continuar con una vida en familia "lo más normal posible". Una de ellas fue asumir que "no hay receta" que indique qué hacer para desarrollar sabiamente y al unísono el rol de padre y madre. Otra, que hay que vivir el día a día sin pensar demasiado en lo que vendrá. "Tras despedir a Virginia y al estar solo en casa, recién ahí caí en la cuenta de que comenzaba una nueva vida para la familia. Me pregunté cómo seguía adelante, y fue la única vez que me hice esa pregunta. Prefiero vivir el día a día con mis hijos sin proyectar, reinventándonos y amoldándonos a esta nueva realidad que nos toca vivir", sostuvo.

"Mis hijos son el motor que me da vida y voluntad para seguir adelante. Cuando decaigo, sólo me basta mirarlos para ponerme de pie y seguir adelante. Ellos saben que me hacen bien, por eso siempre están conmigo".
Ariel Torres, padre y viudo

Ariel agregó que esta reinvención no le costó demasiado, ya que desde siempre compartió roles con su esposa y colaboró con las tareas del hogar. Aunque hay algunas que aún no termina de aprender como, por ejemplo, peinar a Matilda, hacer las camas o echar a andar el lavarropas. Sí logró organizarse para poder cumplir con todo, desde trabajar hasta salir a pasear con los chicos. "Trato de que sigamos con una vida lo más normal posible con la prioridad de que ellos mantengan sus actividades habituales para que no sufran tanto la ausencia de su madre. Aunque también trato de darme mi espacio y mi tiempo para llorar, insultar, pero también para recrearme. Agradezco contar con familiares y amigos que me acompañan en este proceso, ya que sin su apoyo sería más difícil continuar. Muchos me dicen que me admiran por mi fortaleza, pero yo no quiero ser ejemplo de nadie. Creo que cada padre que pasa por una situación como la mía tiene una estrategia particular para seguir adelante. Aunque creo que todos compartimos una motivación: los hijos, y la necesidad de mostrarles que pueden ser felices aun sin la presencia de mamá", dijo Torres.

  • La contención en la redes sociales

Ariel Torres contó que publicar en la redes sociales recuerdos y fotos con su esposa, Virginia Martín, es una forma de canalizar su ausencia y mantenerla viva. "Cada vez que posteo algo sobre ella me reconforta ver la cantidad de comentarios positivos de la gente. Se los muestro a mis hijos para que ellos también sientan la contención de gente que ni siquiera conocen. También es una forma de que tomen con naturalidad algo que no tiene explicación, la muerte de su mamá", dijo.


Esto es justamente lo que Juan Ignacio Subire intenta hacer con su hija Amelia, de apenas 1 año de edad. El 17 de junio de 2021, Daniela Casú, su esposa y madre de la beba, falleció por covid, apenas unos días de haber dado a luz. Y fue así que, entre el shock y la tristeza de este duro golpe, este hombre de 36 años también tuvo que tomar coraje para reinventarse y hacer frente a un presente preocupante e incierto. "Al quedar viudo mi vida cambió completamente en cuanto a las prioridades principalmente. Incluso cambié mi trabajo en la minería por uno en el Estado para poder compartir más tiempo con Amelia y estar a su lado siempre que lo necesite. Desde ese momento decidí que mi hija no debía cargar con el karma de no tener mamá y de sentirse mal o diferente por esto. Por eso trato de que su vida sea como imagino que sería con Daniela presente. Compartimos juegos, salidas y todo lo que a un niño lo puede hacer feliz. El 29 de mayo cumplió su primer añito de vida y tuvo su fiesta", contó Juan Ignacio.


Si bien Amelia tiene abuelos y tíos, Juan Ignacio prioriza que permanezca en casa, donde hay fotos de su mamá en todas las habitaciones. Considera que es la forma que la conozca y tenga siempre presente. "Yo le hablo de su mamá todos los días y ya la reconoce en las fotos. Los dos estamos aprendiendo a vivir sin ella, con ayuda de toda la familia. Los domingos compartimos los almuerzos familiares en tanto que algunos días a la semana se queda en casa de los abuelos o los tíos, para contar con el cariño de todos. Esta contención nos hace bien a los dos", sostuvo.