Dejar una huella importante cuando egresen del secundario fue uno de los motivos que los llevó a participar de un proyecto educativo solidario sin precedentes y en plena cuarentena. Se trata de unos 150 alumnos de 6 escuelas secundarias de distintos departamentos que se unieron por Whatsapp para ayudar a los más necesitados. Bajo el lema "Distanciados, pero unidos y solidarios", estos chicos se encargan de conseguir donaciones de ropa, calzados, alimentos no perecederos y productos de higiene para luego hacer llegar a familias carenciadas. El ideólogo de esta actividad que busca fomentar valores fue Federico Cánovas, profesor de Filosofía y de Construcción Ética y Ciudadana, quien hizo esta propuesta que de inmediato contó con la adhesión de los estudiantes.

Lo primero que hace Daiana Montaño cuando se levanta es revisar su teléfono. Es para cerciorarse de si algún familiar o vecino cercano le ofreció alguna donación. Es que como no puede salir de casa por la cuarentena, usa las redes sociales para conseguir ayuda, al igual que los demás estudiantes que participan de este proyecto. "Todos respetamos la cuarentena, pero eso no es un obstáculo para ayudar a esas familias que viven el día a día y que se quedaron sin trabajo por esta situación. A través de las redes sociales conseguimos donaciones, pero nuestras familias son los principales colaboradores que tenemos. Esta actividad solidaria nos permite sentirnos comprometidos con todo esto que está pasando y nos reconforta saber que desde nuestro lugar podemos ayudar a quien más lo necesita", dijo esta alumna del Colegio Capitán de Fragata Carlos María Moyano.

Pero la ayuda que estos estudiantes se encargan de conseguir no sólo está destinada a personas desconocidas para ellos, sino también a sus propios compañeros. Hay chicos que no tienen computadoras ni Internet ilimitada por lo que se les dificulta poder acceder a las guías de estudio y entregar las tareas. Es en estos casos donde los egresados solidarios también intervienen. "Lo que más me gusta de este proyecto es que podemos hacer feliz a una persona con pequeñas acciones y con lo que tenemos a nuestro alcance. A veces bajamos las guías de estudio que nos mandan los profesores y las imprimimos o les sacamos fotos para mandárselas por Whatsapp a los compañeros que no tienen buena conexión. O les pasamos el material que tuvimos que buscar en Internet sobre algún tema. Y esto te hace sentir muy bien", dijo Celina Samper, de la Escuela Carlos Pellegrini.

Por su parte, Melina Fernández, del Colegio Capitán de Fragata Carlos María Moyano, dijo que también se encargan de conseguir intermediarios para poder entregar las donaciones a quienes las necesiten. Dijo que se han contactado con Cáritas, un merendero y otras instituciones que se encargan de buscar las donaciones por sus casas para luego distribuirlas.

Y hasta el profesor, ideólogo de este proyecto, hace el delivery de la ayuda. "Hoy más que nunca los chicos emprenden acciones de responsabilidad asumiendo con claridad su rol como miembros de la comunidad y con la convicción de que son ciudadanos participes de la construcción social. Se comprometen a trabajar hoy desde sus casas, cada uno, pero unidos enlazando ideal para construir futuro. Estoy orgulloso de ellos", dijo Federico Cánovas.