A esa altura de la noche ya parecía que don Buenaventura Luna estaba allí, presente, en medio del festival que habían organizado en Huaco para celebrar los 105 años del nacimiento del poeta. Pero fue cuando el grupo Páez-Brizuela tocó los primeros acordes de la inmortal Vallecito de Huaco cuando todo estalló. Las 3.000 personas que habían ido al festejo en el Molino Viejo empezaron a entonar la canción, casi un himno jachallero, y la emoción llegó a su pico máximo. Tal despliegue sólo pudo ser igualado por la actuación de Argentino Luna, quien la noche del sábado pasado incluyó un abanico multicolor en su repertorio, que abarcaba desde Atahualpa Yupanqui hasta el Negro Villavicencio y, por supuesto, los jachalleros Buenaventura Luna y Miguel Beato Tejada. Y para levantar más aún a la ya enfervorecida multitud, Luna se puso a contar desde el escenario anécdotas personales de don Buena. Hasta la madrugada estuvieron circulando los demás artistas, para cerrar el marco de festividad en honor al poeta huaqueño en su tierra natal.