Pobreza extrema. Andrea González abrió las puertas de su casa y mostró las condiciones en que viven. En esa habitación duermen sus hijas de 9, 11 y 13 años.

En la mañana de ayer, una dura historia salió a la luz. La directora de la escuela Juana Ibarbourou, de 25 de Mayo, denunció que una alumna de 9 años llegó a la escuela con una remera mangas cortas y su guardapolvo, cuando el termómetro marcaba casi -4 grados. La nena estaba descompuesta por el frío, entonces la mujer hizo una denuncia policial y tomó intervención un Juzgado de Familia y posteriormente la Dirección de la Niñez, quien se llevó a la nena y a sus 3 hermanos menores de edad a una residencia del Estado. Este caso desnudó la extrema pobreza de la familia González, que vive en un rancho muy precario y tiene muchas necesidades. Desde la Dirección de la Niñez, Carlos Olivera, comentó que ahora analizarán a fondo la situación, para definir el futuro de los niños. Mientras que desde la Municipalidad de 25 de Mayo comentaron que se trata de una familia que recibe constante asistencia y que fue definida como "nómade", pues cambian seguido de domicilio.

En medio de la nada los González tienen un rancho que con sólo mirarlo desde afuera deja en evidencia la pobreza en la que viven. Cañas rotas, pedazos de nailon y el aire frío que sale desde el interior, que está casi a oscuras, son indicios suficientes para notar que las condiciones de esa vivienda son las peores. "Pero a mis hijos nunca les falta la comida". Con esa frase y admitiendo que no tienen suficientes camas, colchones, ni frazadas, Andrea González, la mamá de la nena que fue encontrada con frío en la escuela, contó cómo viven.

Andrea tiene 8 hijos. De ellos 4 son menores de edad y los demás son mayores y ya no viven con ella. De hecho, contó que tiene "algunos nietos". La mujer vive con su esposo que no es el papá de sus hijos, pero que según ella los cuida como si lo fueran. "Siempre me hice cargo sola de mis hijos" contó Andrea y dijo que el rancho en el que viven era de sus suegros, pero que pronto lo dejarán pues les prestarán una casita más cómoda y que hasta "tiene baño adentro".

"Mis hijos van a la escuela y tienen todas las vacunas, porque nosotros nos ocupamos".

"Quiero que me devuelvan a mis hijos. Yo sé que tenemos necesidades, pero yo los cuido".

ANDREA GONZÁLEZ - Mamá de los 4 menores

Para llegar a la casa de los González hay que recorrer una calle de piedra, que a medida que se aleja de calle La Plata se vuelve tan angosta que parece un callejón rodeado de cañaverales. En medio del silencio del campo, algunas gallinas y muchos perros son las compañías que tiene esta familia.

La casita en la que viven tiene piso de tierra y 3 ambientes. Ninguno de ellos tiene ventana y sólo dos tienen puertas. El restante tiene un hueco para salir al patio que está cubierto con una frazada como si fuera una cortina.

Dentro del rancho el frío se siente duro. Un montículo de brasas en el suelo es lo que usan para calefaccionarse, pero eso no es suficiente. Es que el aire frío se filtra por entre las cañas en cada uno de los rincones de la casa. Es por esto que la familia opta por comer a la intemperie pues se siente menos frío afuera que adentro de la casa gracias al Sol.

Andrea contó que, en una de las habitaciones, que tiene un mueble en el que apilan la ropa y una cama matrimonial cubierta con una frazada de princesa, es donde duermen las tres nenas, de 9, 11 y 13 años. "Duermen juntas por el frío" dijo y agregó que ella, su esposo y el nene de 5 años duermen en la otra habitación, pues no tienen más espacio. "Yo cobro la asignación y casi todo lo uso para comprar mercadería. Mis hijos pueden tener muchas necesidades, pero siempre tienen un plato de comida" dijo Andrea y contó que su esposo hace changas, corta y vende cañas y en ocasiones trabaja en una finca.

Por otro lado, y admitiendo que tiene muchas necesidades, la mujer comentó que ella no estaba en su casa el día que se llevaron a sus hijos. Estaba en El Encón, cuidando a su mamá. "Mi esposo me dijo que los niños no estaban desabrigados. Siempre los cuidamos. Ahora estoy con mi hija más grande y mis nietos para que me hagan compañía porque me siento sola sin mis niños" dijo la mujer y comentó que no sabía dónde estaban sus hijos y si ella debía hacer algo para que se los devolvieran.