Si la idea es pasar Navidad o Año Nuevo en la casa de algún familiar o amigo, lógicamente que no se puede llegar con las manos vacías, mucho menos de bebidas. Aquí surge la pregunta ¿qué llevo? Si la idea es quedarse en casa la pregunta es similar ¿qué compro para recibir a los invitados? Lo primero que se debe tener en cuenta es que las altas temperaturas demandan vinos frescos y, en este caso que mejor que blancos, rosados, espumosos, y por supuesto tintos jóvenes. No hay que olvidar que éstos últimos siguen siendo los favoritos de los argentinos. 


Nadie desconoce que la vedette de las Fiestas siempre es el espumoso porque es el elegido para el brindis de la medianoche, y en este sentido las opciones son múltiples porque hay sabores para todos los gustos. Hay que saber que si la etiqueta indica que es Brut Nature o Nature es un espumoso seco, es decir sin contenido de azúcar, y uno de los más complejos. Una excelente opción para quienes quieran lucirse con su familiares o amigos, siempre que se elija una etiqueta reconocida, y mejor aún si está elaborado con método tradicional (Champenoise), que brinda burbujas muy elegantes.


En el otro extremo se ubican los denominados "Dulces" que superan los 45 gramos de azúcar y suelen ser los preferidos de jóvenes y muchas mujeres.


Sin duda, el más vendido es el Extra Brut que tiene alrededor de 6 gramos de azúcar lo que lo convierte en un producto ideal para cualquier comida o momento.


En cuanto a precios, hay para todos los bolsillos, desde 140 pesos hasta lo inimaginable. Por ese motivo es bueno comprar en vinotecas donde se recibe asesoramiento respecto de la relación entre su precio y su calidad.


Al momento del servicio, lo más importante es la temperatura. Nadie acepta un espumoso que no esté bien fresco (alrededor de 7 grados), además hay que preparar una frapera para mantenerlo refrigerado y evitar que el calor haga estragos. 
 

Blancos

La calidad de los vinos blancos argentinos, y sobre todo sanjuaninos, va en aumento día a día. Ni hablar que son ideales para el verano porque se deben beber a unos 8 grados de temperatura -no es recomendable menos porque pierden aromas y sabores-. Además acompañan muy bien a platos frescos y ligeros que deberían predominar en las Fiestas. Entre los blancos refrescantes están los Sauvignon Blanc, Pinot Gris, Viognier y Torrontés. Lógicamente que también se puede apelar al clásico y querido Chardonnay, o a algún blend si se quiere jugar con nuevos aromas y sabores.


En este caso será muy importante elegir la cosecha del año, en este caso 2019, a lo sumo 2018, ya que en general están pensados para consumo anual. De otro modo el vino puede no estar en óptimas condiciones de consumo.


Si se trata de un blanco criado en barrica, la añada puede ser anterior por lo que se sugiere leer bien la etiqueta para evitar confusiones. Del mismo modo se puede pedir asesoramiento al vendedor.


Otro detalle de la elección es si se desea un blanco seco o con algunos gramos de azúcar, sin llegar a ser dulce.
 


Rosé

Quizá no sea tan notable en Argentina y mucho menos en San Juan, pero a nivel mundial la tendencia son los Rosé. La pregunta es entonces por qué no animarse a consumirlos o empezar a probarlos. El mercado ofrece todos los tonos de rosados, desde los más claros hasta los más intensos y desde secos hasta dulces. Otra de las ventajas es que se pueden beber bien fríos y se adaptan a distintos platos.


Sin duda que es una propuesta innovadora, elegante y que llamará la atención. En San Juan hay Rosé de Syrah, Malbec y alguno de Pinot Noir.


En este caso también es importante elegir vinos del año y buscar entre los que ofrecen colores sutiles y asalmonados. 

Tintos

Sin dudas los tintos siguen siendo los preferidos de los argentinos, y en honor a la verdad también hay que decir que el Malbec es el gran favorito. Por qué entonces no animarse a probar otros varietales como Bonarda, Cabernet Franc, Syrah, Cabernet Sauvignon, entre otros que ofrecen las bodegas. 


Para su elección se debería tener en cuenta que tipo de comida acompañará. Si se trata de entradas o platos frescos, lo mejor serán un tinto de consumo anual, fresco y frutado. Sin notas que invadan el paladar. 


Si la intención es acompañar una carne de cerdo, de vaca o chivo, en todos los casos bien condimentada, será mejor un tinto más complejo o de guarda.


Los vinos de corte o blends (mezcla de variedades), son otra alternativa que muchos agradecerán. En este caso se recomienda leer las etiquetas para saber que varietales contiene que brindarán mayor o menor estructura en boca. 


Aunque parezca mentira aún hay personas que siguen sosteniendo que el vino tinto se toma a temperatura ambiente, algo muy alejado de la realidad porque, sobre todo en San Juan, puede superar los 40 grados. Vale la pena recordar que esa frase hace referencia a la temperatura de una cava que ronda los 18 grados. Para los tintos de consumo anual lo ideal es que ronden los 14 grados y 18 grados para los de guarda. Incluso no es descabellado pensar en colocar una frapera para que se mantengan a temperatura ideal.