Seguramente llegaste a esa etapa de la vida donde pasas más tiempo en actividad que durmiendo, y te justificas con frases tales como “después recupero el sueño” o “aprovecho el fin de semana y duermo todo lo que no dormí en la semana”, pero sabemos que no es así.

Desde hace décadas, cientos de científicos y profesionales de la salud recomiendan dormir 8 horas a nivel general por noche para, no solo lograr el ansiado descanso necesario, sino también evitar riesgos en la salud, por lo que la pregunta principal es ¿qué sucede si dormimos menos de 8 horas por noche?

Aumento de peso

Debido a una alteración de las hormonas encargadas de procesos como el metabolismo y la regulación del apetito, se reducen los nivele de leptina, la hormona que nos hace sentir satisfechos. Además, aumentan los niveles de grelina, que estimula el deseo de ingerir alimentos altos en grasas y azúcares, sin perder de vista que al sentir cansancio se evita realizar actividad física.

Debilitamiento del sistema inmunológico

Si no se duerme lo suficientemente bien, el organismo está mucho más susceptible a infecciones por virus. Incluso diversos estudios han descubierto que las enfermedades autoinmunes podrían ser más frecuentes.  

Aumento de riesgo de diabetes

Al reducir las horas de sueño se libera menos insulina, hormona que permite regular el nivel de azúcar en la sangre, y el organismo no puede procesar la glucosa, que se acumula en el torrente sanguíneo y esa energía no se dirige a las células donde es necesaria, provocando así que aumenten los riesgos de desarrollar diabetes.

Vulnerabilidad a la depresión y ansiedad

La alteración en las horas de sueño influye en la segregación de sustancias como el cortisol, que inhibe y suprime el sueño, así como la prolactina o serotonina, relacionadas a la regulación de los ciclos de sueño, estados anímicos y percepción del dolor, volviendo a la persona más vulnerable a vivir episodios de depresión o fomentar cuadros de ansiedad.

Además, la falta de descanso adecuado a largo plazo puede conducir a una serie de trastornos psiquiátricos, como desorientación, paranoia y alucinaciones.

Reducción del deseo sexual

Los hombres que sufren apnea del sueño tienden a presentar niveles bajos de testosterona. Esto, sumado al poco descanso, lleva a una disminución de la ibido y producción de espermatozoides, aumentando no solo el desinterés sexual sino también la disfunción eréctil.

En el caso de las mujeres, sucede similar. Si se aumentan las horas de sueño, la libido podría aumentar hasta un 14%.  

Disminución del crecimiento muscular

Al descansar poco la hormona de crecimiento humano, la testosterona y melatonina, que enfatizan el proceso de síntesis de proteínas e intervienen para la correcta fase de reproducción y generación celular van a disminuir, por lo que con el paso del tiempo se podría perder masa muscular.

Probabilidad de alzhéimer y demencia

Diversos estudios han concluido que pasar tres días seguidos durmiendo alrededor de 4 horas afecta a las células cerebrales, ya que el cerebro es incapaz de limpiar en ese tiempo las proteínas que forman las placas causantes de enfermedad de Alzhéimer y demencia, aumentando el riesgo de las mismas.

Propenso a perder reflejos

Es conocido que pasar horas sin dormir o descansando poco lleva a reaccionar más lento. Un estudio publicado en la revista Natura determinó que pasar 24 horas sin dormir lleva a que el rendimiento cognitivo y motor sea similar al de alguien que ha bebido cinco copas de alcohol, por lo que nos vuelve más propensos a protagonizar cualquier tipo de accidente.  

Acelera el proceso de envejecimiento

Si una persona duerme menos de 6 horas por día, las líneas de expresión y las arrugas se incrementan en un 45%, mientras que las manchas en la piel aumentan un 13%, según reveló una investigación realizada por la Sleep School. Esto es porque no se les da el tiempo suficiente a las células para regenerarse.

Acorta la vida

Al aumentar el riesgo de padecer algunas enfermedades al no descansar las horas necesarias, que en niños es de 10-11 horas, en adolescentes 9 horas, adultos unas 7 a 9 horas mientras que en adultos mayores de 6 a 7 horas, la esperanza de vida es menor.