A pesar de estar a las puertas de la primavera, aún hay riesgo de que se produzcan heladas en el Alto Valle de las provincias de Río Negro y Neuquén que podrían afectar a las producciones frutícolas de la región, algunas de las cuales ya han comenzado su desarrollo fenológico como diversas variedades de ciruelos y almendros que florecen entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre. "Estos frutales son los más afectados por las heladas y requieren de tecnología de control activo para poder preservar la producción y la calidad de la fruta; los sistemas de control por aspersión sobre copa, aspersión subarbórea son los más utilizados actualmente", explicó a LMNeuquén la ingeniera agrónoma Andrea Rodríguez, del INTA Alto Valle. "Desde el 25 de agosto al 7 de septiembre, hemos registrado 7 heladas. La intensidad de las mismas ha sido variable en toda la región llegando a valores de hasta -6°C en algunas localidades", informó la ingeniera, especialista en Agrometeorología.


Estas temperaturas son letales para los órganos frutales en inicio y plena floración, por lo cual los frutales más afectados han sido los ciruelos y almendros. Sin embargo los cerezos, aún estando en un estado fenológico menos avanzado, pueden sufrir cierto porcentaje de daño si no se realiza un control activo.


Los frutales de pepita todavía se encuentran en un estado de desarrollo que tolera temperaturas de hasta -7°C. El periodo de heladas tardías o primaverales en la región se extiende hasta mediados de octubre. Sin embargo, los chacareros saben que no pueden bajar la guardia: "En los últimos años hemos registrado algunas heladas extraordinarias después del 8 de noviembre", apuntó la ingeniera.


De las 37.000 hectáreas en producción, aún no llega al 5% la superficie donde se emplea el riego por aspersión como método de defensa activa.