Esperanza, trae este proyecto de curtido artesanal de cueros en la zona árida de Tulum. 

Cuando un productor añade cualidades a su producto, interviniendo esa materia prima desde la misma instancia de origen, está haciendo dos cosas: lograr diferenciación y, por ende, identidad a través de un proceso conocido como agregado de valor; y al mismo tiempo, acceder a una mayor rentabilidad, aparejada por ese valor añadido. 


Esta visión no es ajena a los proyectos que el INTA desarrolla en la provincia de San Juan. De hecho se lleva a la práctica mediante capacitaciones a productores que habitan los territorios en los que trabaja este organismo. Es el caso, por ejemplo, de lo que se está haciendo en este momento con la Comunidad Clara Rosa Guakinchay, del Dpto. 25 de mayo. Esta comunidad huarpe, al igual que otras que habitan en la zona, tiene como principal actividad la producción caprina. Sus rebaños promedian los 200 animales, chivitos que venden como alimento pero que también aprovechan por su cuero, sólo que hasta ahora lo vendían en forma rústica, sin un procesamiento que le otorgara calidad y versatilidad al producto.


Es por eso que el INTA propuso capacitar a los miembros de dicha comunidad, actividad que han desarrollado durante setiembre y octubre. El curso brindado es un esfuerzo interinstitucional entre la EEA San Juan INTA y la AER Caucete INTA, la Secretaría de Agricultura Familiar dependiente del Ministerio de Agroindustria de la Nación y el Área de Producción del Municipio de 25 de mayo. En esta etapa fueron 10 los asistentes que tomaron el Curso Teórico Práctico de Curtido Artesanal de Cueros, que empezó con un primer módulo dedicado al curtido de piel al alumbre. Así, a lo largo de tres días los productores fueron introducidos al mundo del curtido y a técnicas puntuales como la clasificación, reblandecimiento, descarnado, preparación de la solución de alumbre, curtido en la solución de alumbre, escurrido, nutrido, secado, estaqueo y terminado.


El equipo capacitador está conformado por el Med. Vet. Leandro Flaquer y la Lic. María Eugenia Vivarez del Equipo Territorial de la Sec. de Agricultura Familiar, el Ing. Agr. Sergio Vega Mayor, de la AER Caucete INTA y el Ing. Agr. Carlos Flores de la EEA San Juan INTA.


Este acercamiento al árido sanjuanino, con capacitaciones útiles a los habitantes del lugar, se enmarca en el Proyecto Regional de Enfoque Territorial "Aportes al desarrollo territorial del sudeste del valle de Tulum", del INTA. El mismo se ocupa de otras producciones, más propias del oasis, como puede ser el cultivo de olivo, melón o la uva para mosto y vino. Pero también de cuestiones necesarias de abordar en el secano, como la que trata este artículo y que bien se refleja en uno de los objetivos específicos del proyecto: Desarrollar estrategias orientadas a fortalecer el agregado de valor y la diversificación de la oferta de bienes y servicios del territorio.


En este sentido -el del agregado de valor- para el caso del acompañamiento a las comunidades huarpes, el proyecto propone diversificar el sistema productivo, ampliando la exclusiva producción primaria actual. Un chivito, que es el principal producto vendido, es pagado en el mejor de los casos a un precio de $600, mientras que un cuero de chivo tiene un precio de $10 por unidad. Al agregar valor aplicando técnicas artesanales, uno de los productos de ese mismo cuero, por ejemplo la manufactura de artículos de marroquinería, puede adquirir un valor de $400 por unidad.


El coordinador del mencionado Proyecto Regional, el Ing. Agr. Gustavo Secilio, se refirió al alcance de este trabajo con las comunidades huarpes. Explicó que gracias a un convenio a nivel nacional entre el Ministerio de Trabajo y el INTA, este organismo está desarrollando una serie de Entrenamientos Laborales. Para la concreción de tales entrenamientos en el INTA a nivel provincial, Secilio destacó la labor de gestión realizada por el Lic. Juan Jesús Hernández, de la AER Pocito. Así, para el caso de las comunidades del árido sanjuanino, mediante dichos entrenamientos, se podrá capacitar durante 8 meses a productores de zonas en las que no les resulta fácil acceder a instancias de formación.


"Los cursos en curtido de cueros caprinos y bovinos -detalló Secilio- servirán a tres comunidades indígenas: Comunidad Sawa, de las Lagunas de Guanacache (Depto. Sarmiento), Comunidad Salvador Talquenca y Comunidad Clara Rosa Guakinchay (Dpto. 25 de mayo). Allí se capacitará a cerca de 60 miembros de familias de caprineros de bajos recursos, para que adquieran habilidades que puedan convertirse en una salida laboral".