Todas las actividades han tenido que adaptarse a la “nueva normalidad” a la que busca adaptarse el mundo durante la pandemia por el coronavirus. Algunas zonas aun luchan contra el virus, otras tienen una mejor condición, pero a nivel mundial los cambios nos van a llegar a todos.

El mundo de la moda no es ajeno a esta situación y tanto las grandes marcas como los diseñadores locales se replantean cómo continuar con la actividad, además de nuevas formas de producir, llegar a los clientes y seguir estando vigentes.

Nuevas formas de producir

A raíz de la pandemia, muchas marcas han visto perjudicadas sus producciones, por la cantidad de stock sobrante debido al cierre de los locales. Es por ello que los grandes referentes del mundo de la moda analizan distintas posibilidades, como generar colecciones solo por órdenes de compras, con el fin de minimizar costos. Pero no sería el único beneficio, ya que este tipo de decisión ayudaría a disminuir el impacto sobre el medio ambiente.

También se estudia terminar con la estacionalidad de la moda, es decir, terminar con las colecciones o temporadas para que el producto sea deseable en lugar de promover la compra compulsiva, generando de manera masiva prendas que tienen poca vigencia. Cabe recordar que previo a la pandemia había marcas que generaban entre seis y ocho colecciones anuales.

La era del e-commerce

Estar confinados en casa nos llevó a familiarizarnos con la compra por internet. Como consumidores, hemos cambiado la forma del ver el mundo y notado la facilidad de adquirir bienes por internet, que quizás en el local físico no veíamos.

Trabajadores de la moda también se refugiaron en internet, no solo para vender sus productos convirtiendo la venta online como principal fuente de ingreso, sino también para acercarse y conocer a potentes consumidores.

También fue la oportunidad de los diseñadores locales para posicionarse ante las grandes marcas. Al no poder viajar al exterior, quienes admiran la moda en todo momento y lugar comenzaron a notar y admirar el trabajo de los trabajadores locales.

La moda en streaming

Si hay algo que la pandemia ha potenciado es la virtualidad. Clases online, conferencias y hasta reuniones gubernamentales se hacen por esta vía, y la moda no se quedó fuera de esto.

Del 24 al 30 de marzo se realizó la Semana de la Moda en Shanghái. Todo fue transmitido por plataforma online, llegando a cerca de 800 millones de espectadores. Algo que sin la virtualidad hubiera sido imposible.

Varios son los diseñadores que se inclinan a presentar colecciones o realizar desfiles sin público presente, pero con millones de personas disfrutando del otro lado de la pantalla. Es el caso de Benito Fernández que mostró su colección otoño – invierno 2020 “Botánica” desde su hogar, y Jorge Rey, quien preparó una colección de cuatro diseños inspirada en el Covid-19 desde Rufino, Santa Fe, y lo transmitió por su cuenta de Instagram.

Lo positivo del streaming es el alcance.

Nuevo concepto de modelos en pasarela

Una de las principales medidas de prevención a nivel mundial para evitar el contagio de coronavirus es el distanciamiento social. Ante esta situación, la virtualidad y la tecnología juegan un rol importante que la moda no iba a dejar pasar.

Hanifa, taller de costura de vestuario exclusivo de la República Democrática del Congo, fue pionera en el uso de tecnología y despertó un gran interrogante ¿es posible realizar desfiles sin modelos? La respuesta es sí.

En la transmisión del video, se podía observar distintas piezas del vestuario caminar por una pasarela negra, dando la apariencia de la presencia de una modelo invisible, dado que el movimiento y la silueta logrado por tecnología 3D era muy parecida a la de los humanos.

Sin duda este antecedente es un salvataje para el mundo de la moda, donde grandes marcas y diseñadores podrán presentar sus colecciones de manera virtual, con modelos reales o virtuales (según las posibilidades de trabajo que se pueda tener), ofreciendo las prendas de manera online, bajo la premisa del cuidado del medio ambiente. El Covid-19 ha sido un llamado de atención para todos, y la moda no hizo oídos sordos.