Si son pocos los que saben llamarlo con certeza por su nombre (¿lo tiene en Argentina?), muchos menos son los que lo conocen en profundidad. Algunos nostálgicos no pueden dejar de decirle Champagne aunque esta sea una denominación de origen francesa; otros lo llaman espumante, menos los que recuerdan que hace años se les denominaba así a los que tenían agregado de gas carbónico, entonces prefieren el término "espumoso". Eso será hasta que algún día tenga nombre propio en el país como en España que lo llaman Cava o en Italia, Prosecco, o en Estados Unidos y Australia donde ya se popularizó como "sparkling wines". Por ahora lo llamaremos "vino espumoso", o simplemente "espumoso".


Esto sin contar los inconvenientes que ocasiona no conocer que es un Nature, Extra Brut, Demi Sec, entre otros que ahora se expondrán para tenerlo presente al momento de comprar.


Así resulta difícil definir qué es lo que uno debe mirar en la etiqueta, y mucho más al momento de evaluar su calidad, sobre todo para quien no está familiarizado con el mundo de las burbujas, a pesar de ser una bebida milenaria.


En este contexto surgen muchas preguntas: ¿Cómo saber cuánto gastar?, ¿Cómo sé cuál me va a gustar?, ¿Cuál elijo para regalar?, entre muchísimas más. Para ayudar a dilucidar éstos y otros interrogantes, aquí van algunas sugerencias para salir del paso.


En primer lugar hay que saber que cada espumoso tendrá características diferentes según la uva con la que se elabora. En Argentina, al no haber una denominación de origen como en Francia que indica que sólo se denomina Champagne a los productos elaborados en esa zona y con uvas de las variedades - Pinot Noir o Pinot Meunier y Chardonnay -, acá se pueden usar a consideración del elaborador. Así uno encontrará vinos espumosos de Torrontés, Chenin, Chardonnay, Pinot Noir, entre otras tantas.


Para aprender hay que animarse a probar de distintas zonas productoras del país, aunque lo ideal es comenzar por casa ya que en San Juan, si bien son pocas las bodegas que elaboran, cuentan con una relación precio/calidad única. 


Otra cosa que no se debe perder de vista es que el mejor vino será siempre aquel que más le gusta a cada consumidor.


Para tener presente


* Lo primero que se debe tener en cuenta es la cantidad de azúcar con la que cuenta un espumoso, que figura en la etiqueta aunque no todos saben que las denominaciones Nature, Extra Brut, entre otras, son las que señalan la cantidad de dulzor que tiene ese producto, de acuerdo a la normativa del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Aquí el listado oficial con los gramos de azúcar por litro que contienen.


Nature: menos de 3 g/l


Brut Nature: menos de 7 g/l


Extra Brut: menos de 11 g/l


Brut: menos de 15 g/l


Demi Sec: de 15 a 40 g/l


Dulce: más de 40 g/l


Extra dulce: más de 60 g/l


* Charmat o champenoise

La producción de vinos espumosos normalmente implica dos fermentaciones, que se hacen por distintos métodos. Los más conocidos son Charmat y Champenoise que si bien suelen no figurar en la etiqueta, se le puede preguntar al vendedor o entender de qué habla si lo menciona.


Más allá del proceso técnico, para el consumidor lo más útil es saber qué características le otorga cada proceso al vino, que no habla necesariamente de la calidad sino del estilo de la bebida. Los espumosos elaborados con el método champenoise suelen ser vinos más elegantes y complejos, muchos de ellos aptos para la guarda. Los espumosos elaborados con el método charmat suelen ser más frescos y ligeros, para consumo inmediato.


Método Champenoise: Se refiere a un vino espumoso que ha experimentado una segunda fermentación en la botella que se vende. También se le conoce como método tradicional. 


Método Charmat o Tanque cerrado: Se utiliza para la producción a granel de vinos espumosos que han experimentado la segunda fermentación en grandes tanques antes del filtrado y del embotellamiento a presión. En contra de la creencia popular no hay evidencia que sugiera que sea un método inferior para elaborarlos.

* El precio


Si bien la formación de precios es compleja y depende de cada establecimiento, el criterio básico es que éste sube en la medida de su complejidad para la elaboración. A esto se suma costo de etiquetas, botella, y sobre todo las características y prestigio del viñedo elegido, tiempo y dedicación que demande, entre otros. Sin duda que el posicionamiento de cada marca también engorda el valor final, aunque la sugerencia es no dejarse llevar por las etiquetas "súper reconocidas". Probar, comparar y disfrutar, es la clave.

Detalles para disfrutar al máximo


Llegado el momento de la verdad, cuando el espumoso está en su copa, lo primero y último que debe hacerse es disfrutar. No obstante para reconocer su calidad se aconseja tener en cuenta los siguientes aspectos
* Apariencia visual de las burbujas: En vinos espumosos de alta calidad, las burbujas son pequeñas y flotan hacia arriba en una corriente continua desde el fondo de la copa. Si el vino presenta burbujas grandes y dispersas, el vino es de menor calidad. Si, por otro lado, no presenta burbujas, significa que la botella está defectuosa o es viejo.


* Las burbujas no sólo se ven, se perciben en la boca, y mientras más fina sea la sensación de frescura, mejor es su calidad. A la inversa, es decir cuando las burbujas explotan en forma grotesca, o no estallan, hay que pensar que algo no está bien.


* La temperatura juega un papel crucial. Un espumoso se toma a una temperatura de unos 8 grados. Una temperatura demasiado fría reduce la efervescencia, altera los aromas e incluso adormece las papilas gustativas. 


* Para servirlo correctamente lo ideal es verter una cantidad inicial inclinando levemente la copa, y luego seguir llenando hasta unos dos tercios de la copa.


* En el caso que no haya copa de espumoso -tipo flauta- , una buen opción son las de vino blanco que son muy buenas para captar aromas y sabores, incluso pueden mostrar a la perfección a la efervescencia que es clave para conocer su calidad.


* También se debe tirar por la borda que el espumoso sólo se toma para ciertas ocasiones o con platos elegantes. La realidad indica que se debe tomar como le guste a cada uno y con lo que le guste.


El consumo en números


Mientras el consumo de vinos aumentó el 6,5 por ciento en 2020, la mayor suba en cinco años, el sector de los vinos espumosos cayó el 14,7 por ciento. Sin duda, así como la pandemia favoreció el consumo familiar de vinos tranquilos (sin efervescencia), afecto a los espumosos, porque su mayor demanda está vinculada con las celebraciones y con su precio -la gente los asocia con valores elevados y no siempre es así. hay para todos los bolsillos-.


Ese descenso en el consumo implicó nada más y nada menos que 4.700.000 litros menos que 2019, cuando se vendieron 25.200.000 litros (no botellas, ya que su capacidad es menor al litro).


Actualmente, su salida representa sólo el 2.7 por ciento del vino consumido en Argentina.

De pura cepa sanjuanina


Si bien San Juan cuenta con pocas etiquetas de espumosos, los hay y muy buenos. Desde aquellos que sólo se elaboran para despuntar el vicio y darse un gusto personal como Finca Camuñas de Juan Carlos Camuñas; otros destacados por ser orgánicos como "Compromiso" de Fabril Alto Verde y los de la Champañera Miguel Más (entre 650 y 750 pesos); los de grupos de amigos -Noviembre 24 (entre 650 a 700 pesos)-; los de grandes establecimientos como Callia dulce natural (350 pesos), Dada 7 (380 pesos), Fuego Negro de Casa Montes (350 pesos); Avanti de Bodegas Bórbore (entre 350 y 450 pesos); Putruele (390 pesos) y Finca Natalina (250 pesos) de Bodegas Putruele; hasta el flamante Augusto P (900 pesos), que llegó al mercado hace pocos días para posicionarse en la franja de alta calidad. Es verdad que son pocos, pero muy variados y destinados a públicos diferenciados. 

Uno a uno

Camuñas tiene una base de un 80 por ciento Pinot Noir y 20 por ciento Chardonnay, sin agregado de azúcar (Nature), lo elabora por gusto personal y a muy baja escala.


En el rango de los ecológicos - cada vez más demandados en el mundo-, uno de los favoritos es Compromiso Dulce Natural Blanco (base Chardonnay) o Rosé (base Syrah). Ofrecen características particulares, muy frutados, refrescantes, jóvenes, aunque lamentablemente la bodega se quedó, por ahora, sin stock. Quizá algunos afortunados pueden encontrarlo en vinotecas.

En la misma línea, Champañera Miguel Más, precursora de este tipo de vinos que tienen como valor agregado ser totalmente orgánicos, ofrece una amplia variedad de opciones. Desde los que no contienen azúcar hasta los más dulces, casi todos con base Chardonnay y Pinot Noir, y hasta un sofisticado tinto en base a Cabernet Sauvignon. Ofrecen sabores naturales, buenos y agradables, con la garantía de que se trata de una producción ecológica.


Las marcas de establecimientos que elaboran grandes cantidades también aportan opciones diferenciales al momento de elegir. Un ejemplo de ello es Dadá 7 -de Finca Las Moras-, que está elaborado con uvas Malbec y Torrontés. Es dulce, muy aromático y pensado para los jóvenes o aquellas personas que se inician en el mundo de los espumosos.


Algo similar sucede con el Callia Dulce Natural, elaborado con la variedad Torrontés, una explosión de aromas y sabores, también destinado a mujeres, público joven y aquellos que pensaban que el espumoso no era para ellos. 

Avanti de la Bodega Bórbore se presenta en dos versiones, un Extra Brut y otro Dulce para abarcar diferentes sectores. Ambos elaborados con 60 por ciento Chardonnay y 40 por ciento Chenin, con lo que han logrado vinos muy aromáticos, agradables en boca y fáciles de tomar.


Fuego Negro, la marca de Casa Montes que se posicionó con éxito en el mercado, también cuenta con su espumoso ciento por ciento Chardonnay de Pozo de los Algarrobos, Caucete. Es un vino elegante con una acidez que lo hace muy interesante y 8 gramos de azúcar que lo posicionan en la franja de los Extra Brut. Excelente relación precio-calidad.


Bodega Putruelle es otro de los establecimientos que apostó a este segmento con dos espumosos Putruelle Dulce Blanco y Rosado, además del Extra Brut Finca Natalina (uvas Chenin y Chardonnay), y Putruelle Extra Brut (Chardonnay y Pinot Blanco). Su principal característica es que se trata de vinos frescos, frutados y de buena persistencia. 


El último lanzado al mercado es Augusto P, Brut Nature, elaborado con ciento por ciento de Pinot Gris, que le otorga aromas frutales y florales más que interesantes, muy intenso en nariz y en boca. Además de fina burbuja que evidencia su calidad que ya se advierte desde la sobria etiqueta. Llega para posicionarse en espumosos de alta calidad


No podía faltar otra delicatessen elaborada con ciento por ciento Pinot Noir del Valle de Zonda. Se trata de "Noviembre 24" elaborado por un grupo de amigos y profesionales del vino que decidió rendir honor a la fecha en la que se celebra el Día de la bebida Nacional. Fresco, fino, ideal para cualquier hora del día.

El dato

Los precios detallados fueron brindados por: La Casa del Vino (Libertador San Martín 1549 Oeste); Ritual del Vino (Gral Acha casi 25 de Mayo), Vitis (Ignacio de la Roza 981 Oeste). Bodega Augusto Pulenta, Bodegas Bórbore y Miguel Más.