Impresionante cosecha. Este año, ha sido récord absoluto en esta actividad agroindustrial.

Cuando aún no se conocen los datos finos del final de campaña, sin dudas esta temporada quedará en la memoria de todos los que trabajan de alguna u otra manera en la producción, a campo o agroindustrial, del tomate para fábrica.


Es que en la historia de este segmento, importantísimo para la alimentación argentina, nunca se llegó a tanta producción. Quienes están de lleno en esta actividad, varios fueron consultados esta semana por Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO, prefiriendo el anonimato. Ellos, de opinión muy similar, estiman que se llegaron a recolectar en Argentina algo más de 580 mil toneladas de producción, que de un total de 650 mil toneladas de demanda nacional, representa llegar a cubrir el 90 por ciento de lo que se necesita anualmente en todo el país. Nunca se logró esto en este rubro. Es un hito.

Cuaje excelente hubo.


Anteriormente, en la temporada 2014/15 se había llegado a un tope de 535 mil toneladas de producción, siendo el registro mayor, estadísticamente hablando, hasta la fecha. Y si nos referimos a la última campaña, la 2019/20, el total logrado fue de 454 mil toneladas.


En cifras, esta cosecha fue un 75 por ciento mejor que la anterior, ¡y eso es histórico!


Subir 126 mil toneladas en un año, es un valor impensado en una actividad de gran dinámica y complejidad, con un mix de técnica a campo, logística de cosecha e ingreso a fábrica, sincronizado, para llegar a la elaboración industrial de diferentes productos.


Otros aspectos sumamente positivos de esta última recolección es que según integrantes de la Asociación Tomate 2000, el promedio de kilos obtenidos por hectárea dio aproximadamente 89,2 toneladas, siendo de unas 110 para San Juan y 67 para Mendoza. Y esta provincia tuvo varios daños por granizo que bajaron sus números.


Y el promedio aumentó, de manera importante, ya que el año anterior estuvo por las 82 toneladas.


Pero, efectuando un análisis de cifras, todo esto implica que, sumando unas 784 hectáreas al total de superficie de Argentina, se puede llegar a igualar la demanda nacional con la producción final. El equilibrio que siempre se buscó, desde hace muchos años.

PREPARACIÓN ESMERADA de suelos se realizó. 


TODO EN ALZA

También mejora el porcentaje de cosecha mecánica de la actividad, que supera el 60% del total de hectáreas. Respecto de las superficies, Mendoza aumentó cerca de un 45 a 50% y San Juan un 20 a 25%, comparando con la edición anterior. Esto último contabilizando en esa cifra los "extra" de la asociación tomatera.


En nuestra provincia, hubo rendimientos espectaculares. En el caso de productores con vasta experiencia en producción, que fueron a tierras nuevas y puras en sanidad, con toda la utilización de la tecnología y el asesoramiento agronómico correspondiente, y con un año (climáticamente hablando) muy favorable, dieron como resultado un combo completo, que llegó a 175 toneladas por hectárea, en algunos casos.

TRASPLANTE MECANIZADO, una labor en alza.


Esto en el departamento de Pocito, líder natural de las chacras locales. También hubo cifras de 168 y 160 toneladas por hectárea, que llamaron la atención.


Hay que recordar que siempre en tomates de ciclos tempranos, aquí hay buenos rindes, pero esta vez, además de esos precoces, también hubo buenos números en los tardíos, que llegaron a 130 toneladas, y salvo una lluvia en Pocito que complicó un poco, el resto anduvo bien.

PLANTINES DE VARIEDADES probadas se usaron.


Si hablamos de superficies, para la Asociación Tomate 2000, en San Juan se trabajó con sus productores en unas 2.000 hectáreas en la campaña 2020/21 y en la anterior en unas 1.600. Se incrementaron unas 400 hectáreas aproximadamente. Pero donde hubo una vuelta a la actividad, es en Mendoza, que venía muy desanimada luego de varios años con productores que se iban a otras actividades. Pasó a también 2.000 hectáreas (con la asociación), cuando en la temporada 2019/20 tuvo sólo 1.300 hectáreas; con 700 de aumento.

CULTIVO HERMOSO ubicado en el centro de Pocito.


EN NÚMEROS

  • 90  por ciento de la demanda nacional de tomate para industria se logró cosechar, con gran tarea local.
  • 110  toneladas por hectárea de promedio, es lo que alcanzó San Juan, siempre líder en nuestro país.
  • 75  por ciento mejor, fue la campaña 2020/21 que la anterior. Pasó de 434 mil toneladas a... ¡580 mil !
  • 1,35  a 1,4 pesos por kilo de tomate cosechado, es lo que se cobró por el servicio de máquina de recolectar.
  • 2.500  hectáreas tuvo San Juan, aproximadamente entre productores de Asociación Tomate 2000 y extras.
  • La recolección y una vista a los números

 

LA SANDEI en tierras sanjuaninas. Se viene la nueva TH 850.

En Argentina, la mayoría de las fábricas cumplió en esta temporada con creces su total de entregas programado. Y eso es muy bueno.


En variedades y materiales de tomate, además de las ya conocidas, se vienen aquellas que son resistentes al complejo de hongos, bacterias y demás patógenos, causantes de las enfermedades que atacan esta hortaliza, y que por la falta de rotación edáfica, se demandan cada vez más.


En maquinaria, aumentaron las cosechadoras en esta temporada presentes en San Juan y Mendoza. De conserveras, de empresas de servicios, de productores agrupados, hubo mayor presencia de estas herramientas, vitales para el rubro.


Y es más, ya para esta nueva añada, se vienen varias Sandei TH 850, la última joya de la firma italiana, con mejoras respecto de la anterior, presente aquí, y que vimos en acción en varias fincas, la TH 750.


Los valores de costo de cosecha, con esta metodología, rondaron los $1,35 el kilo, hasta 1,4 esto sin IVA. La practicidad, la rapidez de labor, el escaso descarte, entre otros factores, fortalecen esta forma de recolectar el tomate.


Por otro lado, y yendo a analizar la situación del sector en estos días, se ve que, a pesar de que las fábricas pagaron $7, también $7,50, otros un poco más de $8 por kilo de tomate entregado, según contratos de cada fábrica, asimismo por correcciones de temporada, el momento que vive el campo hoy es de una gran incertidumbre.


La gran inflación, que boicotea toda actividad productiva, y reina en Argentina, va licuando todas estas alegrías de final de la temporada de los productores.


Y es que los valores de las semillas, con ciertos aumentos según material y empresa, la compra de los plantines, con subas del orden del 12 al 15%, la cinta de riego presurizado por goteo que se incrementó (y no se consigue), los programas de fertilizaciones completas, que de inicio o base hasta el final han aumentado sus valores en un 25%, por mencionar algunos insumos de los más importantes, minan el ánimo de los chacareros.


También herbicidas, insecticidas, fungicidas y otros derivados de uso normal en los lotes.


Otro aspecto: las tierras de zonas núcleo ya llevan muchos años de cultivo, y es necesario entrar en rotación. Por ello los productores se están yendo a fincas de departamentos más alejados, buscando nutrientes y sanidad, pero a un costo mayor. Y hay que armar de cero todo. Se buscan nuevos oasis agrícolas.

Y AHORA... ¿qué pasará ?


Y queda para el final, el gran acertijo: el agua. El hoy faltante recurso hídrico asusta a todo el sector. Quienes poseen sólo agua de río, por turno, están muy pero muy complicados. Es un cultivo básicamente de primavera-verano. Hay otro sector, llamado mixto, que tiene parte con río y parte con pozo, que está limitado, con variantes. Y quienes poseen pozo, tampoco están tranquilos, ya que los números de bombeo ahuyentan a cualquiera. Además, hacer un pozo cuesta, según zona y profundidad, 10, 12 y hasta 15 millones de pesos.

La intención es plantar tomate, pero hay muchas dudas.