Más de 32 años viajando en moto, 1.500.000 km recorridos y sin un accidente, es Ariel Giaccaglia, quien empieza su sueño un 6 de junio de 1979, cuando le regalan su primera moto Suzuki TS 125, a la cual le hizo 150.000 km. Desde ese entonces hasta ahora nunca paro. Un soñador al que todavía le queda retos por cumplir. Empieza sus cortas travesías solo ya que nadie tenía una moto para viajar y el que tenía sólo llegaba hasta Zonda. Los primeros años de trabajo fueron duros, aprender y crear fueron algunas de sus consignas. Conocer geográficamente los lugares, manejar las situaciones climáticas, saber dar solución a los problemas de las motos que se rompían en ruta, manejar la alimentación en tantas horas de viaje, saber cuidar el cuerpo, la nafta para el recorrido, entre otras cosas era todo un desafío. En su relato a Revista Oh! Ariel recuerda las palabras de un amigo que le dijo: "Estás en la punta del viento, así que pensa, por qué te vas a llevar todo por delante\'. Al poco tiempo apareció la Yamaha SuperTénéré, con una capacidad de otro planeta, esto le solucionó la vida para poder traspasar límites provinciales y nacionales. De todas maneras todo significaba una experiencia única, cada vez que llegaba a un control policial, lo miraban como bicho raro, era casi como cruzar El Muro de Berlín, lo requisaban de arriba a bajo, hasta le desarmaban la moto para ver qué llevaba. Es que por ese entonces viajar en moto era poco usual y hacerlo por Sudamérica era temerario. Todo era tan rústico, los caminos, las comunicaciones, los hospedajes, las motos, nadie creía lo que veía. Llegaba en moto a un pueblo y la gente salía corriendo como si viniera la mismísima parca, le preguntaban todo lo que podía imaginar acerca del tema moto. En realidad Ariel, pasó mucho tiempo estudiando exhaustivamente las mil situaciones, nada es imposible para él y además uno le pregunta de un lugar y él automáticamente da las mejores explicaciones como un buen maestro de cátedra.

Fue en 1996 cuando comienza a llevar grupos de amigos a viajes que armaba con toda responsabilidad, siempre repasando todo lo que un día había vivido y recorrido solo.

Él es el pionero en los viajes en moto en Sudamérica. Además San Juan, es la cuna del Moto tours, ya que acá nació todo, está orgulloso de su provincia y es consciente que vive en un lugar privilegiado para los viajes de aventura, en el que a sólo 10 minutos podes estar entre quebradas disfrutando de lo que más te gusta. Es un gran defensor del Paso de Agua Negra, lo ha cruzado más de 300 veces y encontrado en él a gente de diversos países, viniendo a recorrer el camino de frontera más alto del mundo. En verdad, la musa inspiradora de los viajes internacionales fue el Dakar, carrera que aún sigue con gran pasión. De este modo decidió hacer viajes por todos los pasos cordilleranos que unen Argentina y Chile, viajes que le aportaron un equipaje único y al cual todavía rinde tributo. Su trabajo ha crecido notablemente en la provincia, de tal forma que en 2011, hizo los Alpes en Europa y dos veces Machu Picchu, en Perú. Los años pasan pero él sigue aprendiendo y traspasando barreras y límites, sobre todo para perdurar arriba de la moto. Es muy exigente a la hora de conducir el grupo de viaje, ya que es fundamental evitar errores y problemas, tanto es así que es capaz de fletar de vuelta a cualquiera. Los papeles personales y los de la moto deben estar en regla, lo mismo que las reglas de conducción en ruta, ya que la velocidad, el cansancio y la irresponsabilidad comete estragos.

Los años de experiencia en este trabajo le fueron otorgando casi un diploma de experto, por eso hoy cuenta con un reglamento y listado de sugerencias de viajes, y como si fuera poco lo usan algunos colegas de Argentina y Chile.

Situaciones, anécdotas y recuerdos le ayudaron a ofrecer soluciones y adelantos a lo que pasará en los viajes por ejemplo: viajar de día es la prioridad y para ello la programación y logística es fundamental. Junto con sus planos y reglamentos a la mano, Ariel cuenta con otra gran herramienta, la fotografía. Ellas le ayudan a volver hacer el recorrido virtual y registra hasta el más mínimo detalle de lugares y caminos. En sus viajes ha conocido distintos puntos y gente maravillosa, países y culturas muy diferentes. Los viajes en moto están impregnados de algo especial, despiertan fantasías. Quién no sueña con viajar a algún sitio alguna vez, pero la verdad es que son viajes de placer y sólo para los apasionados, quienes soportan muchos kilómetros. El esnobista no disfruta de este tipo de viajes, ni en Suiza ni en Bolivia.