Hay quienes no pueden arrancar el día sin tomar un café. Forma parte de la ingesta habitual de muchos ciudadanos, sea como desayuno, para compartir en una charla o incluso como compañía para estudiar o leer, similar al mate.

Mucho se ha debatido en el ámbito científico sobre qué tan positivo o negativo es tomar café. Un estudio de CIBEROBN y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili exploró la posible asociación entre consumo de café y funcionamiento cognitivo con la participación de voluntarios de España.

Los 6.427 voluntarios eran mayores de 65 años y con sobrepeso. En el mismo se evalúo la función cognitiva, entre ellas la memoria, la orientación, el registro, la concentración, la velocidad de procesamiento, búsqueda visual y atención. Los autores del estudio observaron en los resultados que aquellas personas que consumían café tenían un menor riesgo de presentar deterioro cognitivo en comparación con aquellas que no lo consumían.

Otro dato importante del estudio tiene que ver con la cantidad de café consumido al día. Aquellos individuos con un consumo de 2 o más tazas de café presentaban un menor riesgo de disfunción cognitiva en comparación con aquellos que consumían menos de una taza al día, siempre hablando de café cafeinado. Cabe tener en cuenta que el consumo excesivo de cafeína, si bien según este estudio favorece a la función cognitiva, también puede perjudicar otros aspectos de la salud de la persona, por lo que hay que ser medido en su ingesta y no abusar de la misma.

“La asociación beneficiosa observada entre el consumo de café y el deterioro cognitivo podría ser el resultado de la interacción sinérgica entre los diferentes compuestos bioactivos presentes en el café. Por un lado, los compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes podrían ayudar a disminuir el estrés oxidativo y la inflamación de las neuronas, que conjuntamente con otros componentes bioactivos presentes podrían atenuar la producción de un péptido denominado β-amiloide que se sugiere es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad Alzheimer” explica en la conclusión del estudio la autora del mismo, Indira Paz.

La cafeína, al ser estructuralmente similar a la adenosina, un neurotransmisor con efectos inhibidores del sistema nervioso central, podría interactuar con la neurotransmisión a nivel de diferentes regiones del cerebro, y con ello promover funciones como la vigilancia, la atención, el estado de ánimo y la excitación.  

Teniendo en cuenta los resultados de este estudio, sin duda la recomendación de ingerir café, ya que podría formar parte de las estrategias para la prevención del deterioro cognitivo en un futuro, por lo que si te invitan un café, es mejor pensarla dos veces y aceptar, le estarás haciendo un bien a tu salud.