Inquietas, luchadoras, con deseos de progreso. Así son Teresa Moya López y Marcela Urizar Torrejón, amas de casa de La Serena (Chile) y esposas de mineros. Fue precisamente a través de sus maridos que ellas se conocieron e iniciaron una amistad basada en el apoyo mutuo. A grandes rasgos, Tere y Marcela representan el costado íntimo de lo que significa ser minero: desarraigo y ausencias conjugados en un modo de vivir en el que la mujer se convierte en el sostén fundamental de la familia.

Cada vez que sus respectivos maridos parten a la mina, ellas se convierten en cabeza de familia, hacen de madre y padre a la vez, velan por el bienestar de sus hijos, pagan cuentas e incluso se las ingenian para generar alternativas que contribuyan a la economía del hogar. Casada con Alejandro Toranzo (Técnico Geólogo de Compañía Minera Cerro Colorado, ubicada en Iquique y propiedad de BHP Billiton), Teresa tiene dos hijos, Alejandro Fabián y Estéfani de 27 y 23 años respectivamente. Marcela, por su parte, es esposa de Patricio Blanco (trabaja en Minera Spence, ubicada en Antofagasta, a 1.000 km de La Serena y también propiedad de BHP) y mamá de dos hijas, Camila (21) y Susan (25).

La amistad de estas mujeres surgió el día en que Patricio, que en ese momento trabajaba con Alejandro, decidió invitar a la familia de este último a una cena en su casa. La intención fue integrarlos, sobre todo porque la familia Toranzo había decidido radicarse en La Serena luego de varios años de vida itinerante entre Calama, Antofagasta e incluso Santiago. La conexión entre ambas surgió por el hecho de que cada siete días, sus maridos debían partir al yacimiento.

Con más de una coincidencia, encontraron entre ambas el apoyo necesario cada vez que el patriarca de la casa no estaba. “El Pato -así le dice Marcela a su marido- está en la minería como hace 21 años, en ese tiempo crié a las niñas prácticamente sola, las envié al Liceo, impuse permisos, horarios y en situaciones críticas tuve que conformarme con un llamado telefónico, porque sólo pueden dejar el trabajo por casos puntuales como puede ser una enfermedad”, contó Marcela.

“Son siete días que estamos solas y solas tenemos que solucionar temas como enfermedad, plata u otras cosas. Yo por ejemplo una vez que él no estaba me enfermé y finalmente tuvieron que operarme. Mi hija estuvo conmigo y fue mi contención, fue uno de los momentos más difíciles que pasé”, agregó Teresa.

Claro está, los hombres de la casa reconocen que su crecimiento laboral no podría haberse concretado de no ser por el respaldo de la familia. Para Alejandro Toranzo (Patricio estaba en su trabajo al momento de esta nota) la vida de un minero se basa en un 50 y 50 por ciento en la distribución de la carga familiar: “Ellas se llevan la parte más difícil, la casa, crianza de los hijos; en el caso de nosotros embalar y desembalar en forma permanente. Realmente es difícil, pero entendemos que esto es así y es por el bien de todos, cada uno pone su parte para lograr el bienestar”, destacó Toranzo, quien tiene 27 años de experiencia en el mundo minero.

Si bien el sacrificio es arduo, también están los beneficios. Pueden brindar una buena educación a sus hijos (uno de ellos se recibió en Prevención de Riesgos y trabaja vinculado a la minería) e incluso tener un pasar económico con el que generan nuevos proyectos. Uno de ellos es el turismo, tarea que iniciaron este año con el alquiler de casas a turistas. Están atentas al confort de los visitantes y presentes en todos los detalles. “La minería nos dio lo económico. Ahora que nuestros hijos son grandes es tiempo de pensar en el futuro y por eso nos iniciamos en esto, es un modo de invertir porque nada dura para siempre” dijo Marcela. “Nos ayudamos entre nosotras, yo confío en Marcela y ella en mí; si ella necesita algo voy y lo busco o ella me acompaña, somos amigas y estamos para ayudarnos”, aseguró Teresa.

Según contaron, una vez que finalice la temporada de verano prevén alquilar sus casas a los estudiantes universitarios que lleguen a La Serena, ampliando el calendario de alquiler de marzo a diciembre.