La Federación Agraria Argentina pide "obras urgentes" porque considera que cuando bajen las aguas cientos de pequeños y medianos chacareros no podrán recomponer la producción y lamentablemente muchos estarán obligados liquidar tambos, granjas avícolas, arrendar o vender sus tierras.  


 En FAA se mostraron preocupados porque en marzo comienzan los vencimientos de los créditos bancarios y los cheques con que financiaron la siembra.  


 Mientras que en un comunicado reiteraron que las autoridades parecen no comprender la magnitud de la tragedia que alcanza tópicos económicos, sociales y productivos.  


 La cuestión se presenta gravísima también para los pequeños y medianos productores intensivos como aviares, de cerdo y horticultores. 


 No sólo no habrá una cosecha récord de granos, sino que podrían perderse más de mil tambos, gran parte ubicados en la poderosa cuenca lechera santafesina.

 
 Habrá una concentración de la actividad porque los animales e instalaciones serán vendidos a tambos más grandes y que estén mejor posicionados para hacer frente a la crisis.  


 El gobierno de Santa Fe tiene la intención de ayudar de forma extraordinaria a los 1.350 tambos vulnerados que producen 1,8 millón de litros menos de leche, diariamente.

 
 Sin embargo, el escepticismo está presente: se supo que el sector agropecuario perdió cinco mil puestos de trabajo en el tercer trimestre de 2016, la mayoría pertenecía a los sectores forestal y a la lechería: los datos son oficiales.