La gran minería a cielo abierto comenzó en el Bajo Egipto 3.600 años antes de Cristo, con la explotación de piedra caliza, granito, basalto y diorita para la construcción de las 3 grandes pirámides alineadas, Keops, Nefren y Micerino, que corresponden al reinado de los faraones padre, hijo y nieto.

Las canteras se encontraban en las inmediaciones de las pirámides, aunque a través del Río Nilo se transportaron también bloques que pesaban entre 3 y 9 toneladas cada uno. La Pirámide de Keops es la más grande de todas, pero además de ellas existen otras menores y de distintas formas que conjugan un conjunto fenomenal de construcciones con roca caliza sustancialmente.

Tomando la información existente y haciendo referencia a la mayor de todas, que es Keops, se puede trazar una semejanza entre la construcción de esa gran pirámide, en la cual se utilizó en su mayor parte roca caliza, acompañada con basalto, granito, areniscas y diorita, con respecto a la gran minería a cielo abierto actual.

La colosal Pirámide de Keops se construyó unos 3.600 años antes de Cristo. En ella trabajaron durante 20 años 100.000 personas 4 meses por año, lo cual representa un total de 240 millones de jornadas. En ese lapso arrancaron de las canteras, trasladaron y ubicaron en la pirámide y sus construcciones complementarias unos 3,5 millones de metros cúbicos de roca caliza principalmente, además de basaltos y granitos. La explotación total, incluyendo lo correspondiente a las instalaciones secundarias y al material rocoso excedente puede considerarse en 5.000.000 de metros cúbicos. Es una pirámide regular recta cuya base es un polígono regular con 230 metros por lado y 146 de altura.

El rendimiento laboral, medido en toneladas por hombre y por día fue de 0,054. Esto significa 54 kilos de roca por hombre por día.

Todos esos bloques se arrancaron, transportaron y colocaron ya sea de las canteras cercanas, así como de otras ubicadas Río Nilo arriba, que se llevaban en grandes barcazas.

Comparando este valor con el que se obtiene en una operación de explotación de minas a cielo abierto actual correspondiente a la gran minería, en la cual si se agrega los tiempos de exploración, montaje y preparación, se obtiene 80 toneladas por hombre turno, lo cual representa un rendimiento 1.480 veces mayor.

A estos gigantescos monumentos realizados por el hombre en Egipto se le debe agregar la construcción de la ciudad de Tebas y de Luxor, en las cuales las columnas suman miles, de 6 a 12 metros de altura y con diámetros entre 80 a 120 cm, muchas veces de una sola pieza, el embaldosado y las paredes con materiales similares a los usados en la construcción de las pirámides. Representan milenios de continua actividad minera. A los recursos mineros ya mencionados debe sumárseles la explotación en el Antiguo Egipto, en el Valle de Bekerba (Nubia), de las minas de Oro donde se encontraron restos de la ciudad, en la que residían los obreros, así como instrumentos y herramientas El signo del oro (Au), tal como se lo conoce hoy en día, figura en las viejas grabaciones y escrituras egipcias.

Durante el Reino Nuevo se realizó minería de areniscas, pizarra, basaltos, calizas, cuarcitas, el cobre extraído de las malaquitas y azuritas, hierro, oro, amatistas, cornalina, jaspe, lapislázuli, turquesas, granates, cuarzos, obsidianas y feldespatos. Esos gigantescos esfuerzos realizados en la explotación de rocas y minerales por las antiguas civilizaciones, incluyendo a las centroamericanas Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas, Inca de Sudamérica y la de Judea con sus magníficos templos, cuajaron hasta el día de hoy, en la más formidable demostración del ingenio y capacidad del hombre.