Las altas temperaturas de la temporada provocaron el anticipo de la producción, generando problemas de calidad y comercialización. Si bien no se sabe si la tendencia será permanente, se proponen alternativas para prevenir el impacto.  


Lo que están viviendo las plantaciones de fruta ha sido como si a un atleta que corre cien metros planos en diez segundos, de un día para otro le exigieran que lo haga en siete. Así compara Carolina Cruz, presidenta de Uvanova, lo que pasó en la actual temporada, en que las cosechas se adelantaron más de diez días a los tiempos normales. Proceso que ha sido transversal a todas las especies y que impactó las exportaciones. "Lo vivimos en la cereza; se nos juntaron todas las variedades, se nos concentró la cosecha y hubo que meter un regimiento de gente antes y más durante el peak. En peras ocurrió lo mismo, y lo estamos teniendo con las manzanas y con los kiwis. Todo esto exige reaccionar mucho más rápido", señala Antonio Walker, fruticultor de la VII Región. El ex presidente de Fedefruta añade que "desde que estoy en la fruta hay años en que se adelanta la cosecha y otros en que se atrasa, pero no había visto nunca que se adelantara y concentrara tanto". 


Dado que ello impacta en calidad y en la comercialización, el tema preocupa a los productores. Luis Schmidt, actual presidente de Fedefruta, destaca a El Mercurio, que el adelanto transversal a todas las frutas implicó modificar los programas y logística de exportación.  


Ocurrió con las cerezas, que al adelantarse entre 10 y 15 días, llegaran a China antes del Año Nuevo, cuando no estaba la demanda, lo que provocó una rápida caída de precios. Por ello "una cantidad de charters aéreos contratados tuvieran que ser cancelados, pues no valía la pena mandar por vía aérea, porque los precios no daban.", dice Schmidt. 


También pasó con la uva de Copiapó. "Se juntó con otros stocks sobre todo del valle Coachella, de California, y de otros estados de Estados Unidos, lo que significó que los primores que tiene normalmente la III Región no lograran los valores que habitualmente perciben", agrega Schmidt. Lo que quedó claro es que la industria no dimensionó el impacto de las altas temperaturas.  


"No hay evidencia de que el adelanto de esta temporada corresponda a una tendencia permanente... El factor que sí ha causado preocupación fue que no fue previsto en su real dimensión y, por lo tanto, no se logró alertar a los mercados y a la cadena de distribución para hacer los ajustes necesarios", señala Ronald Bown, presidente de Asoex.