Por: Bernardo Stamateas

¿Alguna vez pensaste en tu vida como un libro que no ha sido terminado de escribir? Siguiendo la metáfora, siempre disponemos de tiempo para volver a escribir un capítulo que no es de nuestra preferencia. Para ello, necesitamos hacer uso de todas nuestras vivencias, las lindas y las no tan lindas, sumándoles nuevos ingredientes. Dicha labor podría llevarnos años. 


En situaciones como las que estamos atravesando ahora mismo, tenemos la oportunidad de hacer un alto y detenernos a mirar nuestra vida. Y es cuando nos damos cuenta de que no todo lo que sucede es bueno, pero todo lo que sucede, tanto lo bueno como lo malo, trabaja para nuestro mayor bien. Hay ciertas circunstancias que no son agradables en sí mismas, pero cuando uno se dispone verlas desde otra perspectiva, pueden lograr que nos movamos hacia algo mejor. 


Es normal sentir que una situación negativa nos va a hundir pero, cuando esta es conectada con otra positiva (y sobre todo con una actitud positiva frente a la vida), se convierte en fortaleza que nos permite seguir adelante. Te comparto dos imágenes que describen quién sos y cómo deberías verte a vos mismo, y a quienes te rodean:


1. Soy un tapiz
En el frente lo vemos hermoso pero, por detrás, luce feo. Quizás hoy estás observando aspectos desagradables en tu vida pero, si te ubicás en otro lugar, serás capaz de ver tu lado brillante y tu potencial ilimitado. 

2. Soy una perla
Una ostra genera líquido para expulsar cualquier cosa extraña que ingrese en ella. Y ese líquido acaba por transformarse en algo tan preciado como lo es una perla. Frente a la realidad que te golpea y te lastima, podés soltar todas las herramientas que se encuentran en tu interior que ya has usado antes para ganar otras batallas. Por eso, no desesperes, todas las piezas están siendo unidas en este tiempo para conformar la más maravillosa obra que pueda existir: tu propia vida.

Todos, ya sea que lo deseemos o no, atravesamos dificultades en algún momento. Y muchas veces, somos víctimas de otras personas y sufrimos dolor emocional que no merecemos. Pero todo aquel que es víctima, cuando logra superar y dejar atrás la adversidad, se vuelve un "sobreviviente" con una fortaleza que ya nadie puede derribar. Todos contamos con la posibilidad, cada día que comienza, de reescribir nuestra historia. 


Nunca es tarde para sanar, mejorar, crecer, avanzar. Lo único que se requiere es un "cambio de visión", que no viene del exterior sino que se origina dentro de cada uno de nosotros voluntariamente, sin importar lo que ocurra afuera. En tiempos como estos, deberíamos enfocarnos solo en cosas y personas positivas que nos impulsan a no darnos por vencidos y nos ayudan a recordar que "lo mejor siempre está por venir".


Frente a lo malo, lo ideal es tomar distancia para considerar las circunstancias desde otra perspectiva. Una herramienta útil es el humor que siempre descomprime las dificultades. ¿Quién no se siente atraído hacia una persona que se atreve a reír aun en medio de una crisis?