En el Día Internacional del Sommelier, cuatro profesionales sanjuaninos comparten no solo su pasión por lo que hacen, sino también datos importantes a tener en cuenta para poder disfrutar de un producto a pleno, según sus especialidades.

Una sabrosa decisión de vida

“Mi elección de profesión fue a consciencia. Siempre tuve una gran inclinación por saborear y detectar especias y aromas en lo que consumo. Esta carrera me permitió conocer las bondades de varios productos”, relata Mónica Vidal, quien es sommelier, especializada en quesos.

Mónica resalta que hay una gran familia detrás de un queso, y la provincia abarca un amplio campo por la elaboración de variedades, partiendo de leche de vaca, cabra y oveja.

Si queremos vivir en casa la experiencia de probar un queso disfrutando de todas sus bondades, la profesional brinda algunos tips a tener en cuenta.

Color: Debe ser uniforme en todo el trozo, tanto contorno como centro, de esa manera se identifica una correcta maduración.

Brillo: Similar al color, debe ser parejo. De no ser así significa que no está bien curado.

Textura: Para saber si un queso es fresco, no debería presentar grietas ni fluidos aceitosos.

Aroma: Evita aquellos con olores agrios o a amoniaco. Procura que huela a leche fresca.

Resistencia: Salvo la variedad regianito, al presionar el trozo de queso no debería ofrecer resistencia.

Para Mónica, el sommelier es el encargado de aconsejar al consumidor, ayudarlo a disponer de, en este caso, una tabla de quesos de acuerdo a su paladar, para disfrutar de cada bocado.

Loco por las burbujas

Rubén Ríos desde siempre sintió fascinación por el mundo de la sommelería. “Es una carrera que me permite comunicar, compartir conocimientos y experiencias para que muchos puedan disfrutar de lo que yo disfruto”, expresa. Para el profesional, la figura del sommelier es muy importante, ya que constituye un puente entre el productor, viñatero, bodeguero o enólogo y los consumidores.

Afirma que siempre se sintió atraído por los vinos espumantes, su método de elaboración y los diferentes estilos, y por eso se especializó en esta bebida. Para él, el hecho de tener que esperarlo para consumir “hace que siempre sea una agradable sorpresa para nuestros sentidos”.

Pero, ¿cómo podemos identificar un buen espumante? Rubén resalta que es importante reconocer el método de elaboración (tradicional -campenoise- o charmat -tanque-), “de ahí viene lo sensorial”, destaca. Uno es más complejo con aromas a levaduras y migas de pan, mientras que el otro es más fresco y frutado.

Un segundo aspecto a tener en cuenta es el contenido de azúcar, lo que le brinda la clasificación al espumante. La misma puede ser: Natue (hasta 3g x litro), Extra Brut (hasta 6g x litro), Brut (hasta 12g x litro), Sec (hasta 20g x litro), Demi Sec (hasta 50g x litro) y Dulce (+ de 50g).

El modo de conservación es fundamental. Para ello debe estar al abrigo de la luz solar y a una temperatura que no supere los 18 grados.

Por último, pero no menos importante, el dónde y cuándo es bebido. “Con el cuándo me refiero a que no deberíamos guardarlo por mucho tiempo, ya que se vende en condiciones óptimas para disfrutarlo en el momento; mientras que el dónde tiene que ver con la ocasión, por ejemplo, con qué comida se va a acompañar y con quién se va a disfrutar”, resalta el profesional.

Una promotora del marketing sensorial

Si bien Mariana Lloveras tiene como profesión principal el Turismo, la sommelerie se le da muy bien, sobre todo cuando de aceite de oliva se trata, ya que se especializó en este producto. Para ella, es la dupla perfecta, pues de esa manera puede brindar saberes y nuevas experiencias a turistas/consumidores.

Según destaca, el rol de este profesional es muy importante, ya que se encarga del cuidado de los productos, detecta fallas en los procesos de elaboración a través del análisis sensorial, como también la calidad. El sommelier es el encargado de que el producto que van a disfrutar los consumidores esté en correctas condiciones, para que la experiencia sea única, de otro mundo.

Al comprobar la calidad del aceite de oliva, Mariana recomienda tener en cuenta lo que dice la etiqueta, la contraetiqueta, el estado del envase, además del precio y, obviamente, la marca.

El placer detrás de la hora del té

Sentarse y tomar una taza de té puede ser una práctica tan habitual como común para algunos. Para Natalia Riveros es un ritual, es el momento en que no solo degusta una bebida, sino que experimenta sensaciones únicas.

Lo que comenzó como un estudio complemento (ya que Natalia es chef y pastelera), terminó siendo una pasión que la llevó a especializarse en té y aceite de oliva. “Encontré en el té el maridaje perfecto junto con la pastelería”, resalta.

Como sommelier, Natalia recomienda tener en cuenta las siguientes consideraciones para que la hora del té sea especial.

*Comenzar con un té en hebras negro, ya que es el que más reconoce el paladar.

*Priorizar las hebras de té, que se pueden infusionar hasta 3 o 4 veces, dependiendo de la variedad. “De esta forma la hebra irá expresando cada vez más aromas y sabores”, afirma Natalia.

*Elimina el azúcar, edulcorante o cualquier otro tipo de endulzante, para no alterar su sabor.  

*Ante la duda, elegir una buena taza de té, sea la variedad que sea, pues no solo es un viaje sensorial, sino un mimo al alma.