Por: Bernardo Stamateas

La verdad es que la vida está compuesta tanto de ganancias como de pérdidas y todo cumple un ciclo. Desde una persona hasta un objeto o una relación. Todos los que caminamos sobre esta tierra tenemos temporalidad. Es por ello que haríamos bien, para evitar sufrir innecesariamente, en no apegarnos o atarnos a nada ni a nadie.


Cuando generamos (por el apego) un vínculo de carácter negativo con algo o alguien, somos incapaces de reconocer la utilidad que podemos obtener de esa situación y de proyectarnos hacia el futuro. Todo vínculo de ese tipo nos convierte en esclavos. Quien vive atado a una cosa, una situación o una persona, sentirá temor de perderlo en algún momento. Y si eso que teme ocurre, sentirá una gran angustia.


La angustia que provoca una pérdida se convierte en dolor emocional. Y es precisamente cuando sufrimos interiormente que nos hacemos el tipo de preguntas que incluyen un ¿por qué?: "¿Por qué a mí? ¿por qué justo ahora? ¿por qué todo junto?", etc. Y muchas veces procuramos entender por qué nos ocurre algo malo, si somos personas buenas.


A todo el mundo le sobrevienen situaciones duras en algún momento, independientemente de cómo se comporten. Todos, nos guste o no, conoceremos tiempos de adversidad. Por eso, lo importante es recordar que "eso también pasará", que toda circunstancia negativa es momentánea. Porque no fuimos creados para perder ni para sufrir; sino, todo lo contrario, para ganar y ser felices. Por lo general, las dificultades que parecen nunca acabar nos conducen a nuevos niveles de aprendizaje y, sobre todo, al crecimiento y el fortalecimiento interior. La mayoría de la gente se siente más fuerte después de superar un momento triste y doloroso. 


No podemos evitar pensar pero todos podemos escoger el tipo de pensamiento que vamos a albergar en la mente. Quizás te han transmitido la creencia de que sos malo, de que sos mala, y Dios te castiga (por esa razón te suceden cosas negativas). Esto de ningún modo es así sino todo lo contrario: "todo lo que sucede se combina para nuestro bien, tanto lo positivo como lo negativo". Nuestro Creador no nos envía situaciones dolorosas como una enfermedad, un accidente o una muerte.


Todo lo que nos sucede, incluido lo que nos causa sufrimiento, se debe a una serie de factores que no podemos manejar. Pero si a eso le sumamos nuestra capacidad innata para superar cualquier circunstancia amarga, seremos fortalecidos y lograremos avanzar con gratitud, en lugar de estancarnos con resentimiento y frustración. Nunca te des por vencido frente al dolor, aún hay capítulos nuevos por escribir para tu vida de paz, de progreso, de felicidad.