Nacida en el seno de una familia eslovena en la ciudad de Novo Mesto, en la región de la Eslovenia Sudoriental.

Comenzó su carrera en el modelaje a los 16 años, luce atuendos refinados, una mujer habituada a las capitales y los idiomas europeos, habla esloveno, serbocroata, italiano, francés, alemán e inglés. También durante un año cursó la carrera de arquitectura, sin llegar a concluir estos estudios. Ya de niña tuvo la ilusión de hacer cosas grandes. 


Su relación amorosa con el magnate estadounidense se presentó en el reality show The Apprentice en 2004 y se casaron el 22 de enero de 2005. Fruto de este matrimonio nació su único hijo Barron Trump (2006), fecha en que se nacionalizó estadounidense. 


La vida, sin embargo, no siempre fue tan glamorosa para la tercera esposa de Donald Trump, una mujer de 45 años oriunda de la ciudad industrial Sevnica, donde pasó su infancia en un departamento junto a un río y a fábricas humeantes. 


Sucedió a Michelle Obama como la Primera dama de los Estados Unidos, siendo la primera no anglosajona y la segunda de origen no estadounidense tras la británica Louisa Adams (esposa del 6º presidente, John Quincy Adams, 1825-1829). 
 

 
Con estilo propio 
  
La joven mujer de Trump brilló en la industria fashion y ahora como Primera Dama de los Estados Unidos con un look clásico. 


Dueña de una belleza singular, de rasgos marcados, ojos verdes y una figura estilizada, comenzó a trabajar como modelo a los 16 años. A los 18 ya contaba con contratos internacionales. En el último tiempo la futura primera dama adoptó un estilo más elegante y sofisticado, acorde a la situación. Pero ella refuta la teoría del cambio de vestuario, declara que seguirá con su estilo y que usa la ropa que le gusta y lo que es apropiado para cada ocasión. 
 
 Su armario cuenta con:  


 
 Vestidos:  entallados resaltando su figura o con corte en la cintura, siempre a la rodilla. Sin estampas ni estridencias. 


 Abrigos oversize:  en tonos pastel o negros con botones. Acompaña sus vestidos y conjuntos minimalistas. Generalmente, los lleva sobre sus hombros. 


 Firmas de lujo:  Louis Vuitton, Gucci, Dior, Michael Kors, Balmain, Christian Louboutin. Junto a Valentino, su "diseñador favorito". 


 Looks monocromáticos:  Nude, blanco, rojo y negro fueron las tonalidades protagonistas durante toda la campaña. Atrás quedaron los brillos, escotes pronunciados y faldas recargadas como en el día de su casamiento con el magnate. 


 Mangas largas:  hasta el codo o muñeca, con trasparencias o acampanadas predominaron en el vestuario de Melania. 


 Stilletos:  charol, lisos o en gamuza sus preferidos son los del diseñador Christian Louboutin. 


 Cabello suelto:  lacio con movimiento en las puntas, ese es su peinado perfecto. En pocas excepciones, optó por llevar cola de caballo. 

 
Un look inspirado en Jackie Kennedy  

 
Ralph Lauren es el diseñador en el que la primera dama confió su vestido el día de la asunción. Este tema creaba incertidumbre entre los norteamericanos ya que muchos diseñadores famosos que vistieron a Michelle Obama, proclamaran que no harían lo mismo con Melania Trump. Para la ocasión Lauren optó por un conjunto celeste de vestido entallado al cuerpo y discreto tajo trasero, con bolero de importante cuello y corte irregular que combina con los guantes, zapatos y clutch, en el mismo color. El tono elegido para el vestido es similar al que Jackie usara para su tapado y sombrero el día de la asunción de John F. Kennedy en el 1961. 
 

 
Donald Trump se muda a la Casa Blanca solo  


Melania Trump, ha decidido permanecer en su casa de Nueva York mientras el hijo de ambos, Barron, termina el curso escolar. Eso sí, ella aseguró que estará disponible siempre que sea necesaria su presencia. Quien ya ha hecho las maletas, en cambio, es Ivanka, la hija mayor de Trump que se mudará de Nueva York a Washington con su marido Jared Kushner, quien será uno de los funcionarios más poderosos en el Ala Oeste. Con la pareja van sus tres hijos.  


Los observadores están muy pendientes del papel que las dos mujeres más importantes en la vida del magnate van a tener en esta nueva etapa. Ivanka Trump anunció hace unos días que dejaba en otras manos todos sus negocios relacionados con el estilo de vida y la moda para poder estar cerca de su padre. La prensa de EEUU especula con que la joven, de 35 años, pueda trabajar para su padre pero no parece que vaya a ser posible, al menos de manera oficial por la ley federal estadounidense de 1967 contra el nepotismo. Pero lo que nadie puede impedir es que ella esté cerca de él y dé su opinión. Trump mueve sus negocios y su vida con hilos que teje su familia y su hija mayor es imprescindible en este entramado desde hace años. 


La describen como una mujer inteligente, con mentalidad independiente e implacable. Ahora se prepara para convertirse en una de las más influyentes y poderosas primeras hijas de la historia de Estados Unidos ya que se ha ganado la confianza de su padre.  


Cómo es la relación de Ivanka y Melania es toda una incógnita. Posan juntas en las fotos familiares pero algunos medios de comunicación aseguran que no tienen mucho en común, que solo están unidas por obligación y lealtad al "jefe".