Agosto es el mes donde en San Juan ya hay movimiento de savia en los frutales primicias y en algunas plantaciones hortícolas. Unos días de calor moderado invitan a la brotación pero nuevamente el frío hace lo suyo y las heladas tienen su impacto en la producción. Esta semana las heladas volvieron al campo sanjuanino y en este caso las afectadas fueron 370 hectáreas de espárragos, almendros y ciruelos ubicados en Rawson, Pocito y San Martín. Todavía no se pueden estimar los daños en las plantas, por el testimonio de los propios productores, pero lo cierto es que se espera que las bajas temperaturas continúen en los próximos días y abarque septiembre con altas probabilidades.


Para ello existen recomendaciones básicas para mitigar sus efectos y que a continuación ofrecemos al productor. En esta nota nos referiremos a la protección "pasiva" que incluye métodos que se han implementado antes de la helada lo que puede evitar la necesidad de protección activa, que son más costosas y no todos tienen acceso a ellas ( como quemadores, caloventores, aspersores, etc.) y que se implementan durante la noche de ocurrencia de heladas para atenuar los efectos de las temperaturas cercanas a cero grados Celsius.

Los principales métodos pasivos son:



1. Zonas y manejo



Normalmente, las zonas topográficas bajas tienen temperaturas más frías y por tanto pueden sufrir más daño. Hay que tener en cuenta que el daño a veces puede ocurrir en una parte del área cultivada y no en otra, sin que
se aprecien diferencias topográficas. En algunos casos ello puede ser debido a las diferencias en el tipo de suelo.


Los suelos arenosos y secos transfieren el calor mejor que los suelos arcillosos pesados y secos, y ambos transfieren el calor mejor que los suelos orgánicos (turbas). Cuando el contenido de agua está cerca de uno o dos días de un riego, el suelo es más favorable para la transferencia y almacenamiento del calor. 


El aire frío es más denso que el aire caliente, y por consiguiente fluye ladera abajo y se acumula en las zonas bajas igual que el agua en una inundación . Por ello se deben evitar las posiciones más bajas de fondo.


Las zonas bajas tienen consistentemente las noches más frías, cuando el cielo está despejado y el viento es débil, durante todo el año.


2. Drenaje de aire frío
 


Para controlar el flujo de aire alrededor de zonas agrícolas, a veces se utilizan los árboles, los arbustos o los terraplenes. El propio emplazamiento puede afectar el potencial de daño por helada. 


Cualquier obstáculo que impida el drenaje de aire frío pendiente abajo desde un cultivo debe eliminarse.


Estos obstáculos pueden ser los setos, cortinas forestales, o la vegetación densa situada en la parte baja de la pendiente del campo. La nivelación de tierras a veces puede mejorar el drenaje de aire frío a través del cultivo y en consecuencia al aire frío que llega continúa el paso a su través. Las hileras de las plantaciones frutales y de los viñedos deberían orientarse a favor del drenaje natural del aire frío hacia fuera del cultivo. Sin embargo, la ventaja de orientar las hileras de los cultivos tiene que equilibrarse frente a la desventaja de una mayor erosión y de otros inconvenientes. 


Las hierbas y los rastrojos de las plantas en las zonas superiores de las pendientes donde está situado el cultivo pueden enfriar más el aire y favorecer el drenaje de aire en el cultivo. La temperatura del aire medida dentro de los viñedos o de las plantaciones de cítricos con residuos de plantas o cubierta de hierba normalmente varía entre 0 ¦C y 0,5 ¦C más fría que los viñedos y las plantaciones de cítricos con suelo desnudo, dependiendo de las condiciones del suelo y de la meteorología. Si el cultivo no está presente, las diferencias serían probablemente más grandes. Por ello, tener un suelo desnudo pendiente arriba de un cultivo generalmente conducirá a temperaturas del aire más altas en el suelo de la parte superior de la pendiente y menor probabilidad de drenaje de aire frío hacia el cultivo.



3. Nutrición 


Las plantas enfermas son más susceptibles al daño por heladas y la fertilización mejora la salud. Los vegetales que no están adecuadamente fertilizados, también tienden a perder sus hojas antes en otoño y la floración es más temprana en primavera, lo cual aumenta la susceptibilidad al año por helada. 


En general, la fertilización con nitrógeno y fósforo antes de una helada favorece el crecimiento y aumenta la susceptibilidad al daño por helada. 


Para favorecer el endurecimiento de las plantas, hay que evitar las aplicaciones de fertilizante nitrogenado al final del verano o al inicio del otoño. No obstante, el fósforo también es importante para la división celular y por ello es importante para recuperar los tejidos después de la congelación. El potasio tiene un efecto favorable en las plantas sobre la regulación hídrica y la fotosíntesis. Sin embargo, los investigadores están divididos sobre los beneficios del potasio en la protección contra heladas.

Mover poco el suelo y mantener la maleza baja.


4.Poda 


La poda tardía está recomendada en las vides para retrasar el crecimiento y la floración. La doble poda es a menudo beneficiosa porque supone que todavía se dispone de madera para la producción tras una helada dañina.


5. Cobertura 
 


Las plantas protegidas están más calientes que el cielo despejado y, en consecuencia, aumentan la radiación de onda larga descendente durante la noche, además de reducir las pérdidas de calor por convección hacia el aire.


Normalmente se utilizan las cubiertas con paja y materiales sintéticos. Debido a los costos de mano de obra, este método se utiliza principalmente en pequeñas plantaciones de plantas bajas que no requieren de una estructura sólida. Algunas veces se dan problemas de enfermedades debido a una ventilación deficiente. Los plásticos de polipropileno tejido se utilizan a veces para proteger cultivos de alto valor. El grado de protección varía de 1 ºC a 5 ºC, dependiendo del grosor del plástico. El plástico blanco se utiliza a veces en viveros pero no para cultivos frutales y hortícolas. Se ha observado que la cobertura parcial de las vides, con polietileno negro, aumenta la temperatura del aire cerca del follaje hasta 1,5 ºC. Sin embargo, el plástico claro es generalmente más efectivo.



6. No mover el suelo


El trabajo del suelo crea espacios de aire en él y debería evitarse durante los periodos propensos a las heladas. El aire es un pobre conductor del calor y tiene un calor específico bajo, por ello los suelos, con más espacios de aire y más grandes, tienden a transferir y a almacenar menos el calor. Si se labra un suelo, para mejorar la transferencia y el almacenamiento del calor, hay que compactarlo y regarlo.


7. Riego


Cuando los suelos están secos, hay más espacios de aire que inhiben la transferencia y el almacenamiento del calor. Además, en los años secos, la protección contra heladas se mejora humedeciendo los suelos secos. El objetivo es mantener el contenido de agua del suelo cercano a la capacidad de campo, que normalmente es el contenido de agua entre 1 y los 3 días que siguen a su humedecimiento. No es necesario humedecer el suelo en profundidad ya que la mayoría de las transferencias de calor diarias y el almacenamiento se produce en los 30 cm superiores. Humedecer el suelo lo hace más oscuro, y aumenta la absorción de la radiación solar. Sin embargo, cuando la superficie está húmeda, entonces también aumenta la evaporación y las pérdidas de energía por evaporación tienden a contrarrestar los beneficios de una mejor absorción de la radiación. Lo mejor es humedecer los suelos secos con antelación a la helada, de forma que el sol pueda calentar el suelo.

Regar los suelos con anticipación evita la pérdida de calor del mismo. 


 

8.Malezas


Es mejor eliminar toda la vegetación (cultivos de cobertura) de las plantaciones de frutales y de los viñedos. Eliminar los cultivos de cobertura favorecerá la absorción de la radiación por el suelo, lo cual mejora la transferencia y almacenamiento de energía. 


Generalmente, segar, labrar y vaporizar con herbicidas son los métodos para eliminar la vegetación del suelo. Si es posible, la vegetación debe segarse suficientemente temprano para permitir que los residuos se descompongan o de lo contrario la vegetación cortada debería eliminarse. Para hierbas más altas de 5 cm, hay una diferencia pequeña con la temperatura de la superficie del suelo de la plantación frutal, pero la temperatura de la superficie aumenta conforme la cubierta vegetal es más corta, hasta la temperatura mínima de la superficie más alta que se obtiene para un suelo desnudo. Diferencias en la temperatura mínima de la superficie del suelo de la plantación frutal tan altas como 2 ºC han sido descritas entre un suelo desnudo y un suelo con una cubierta de hierba de 5 cm de altura. Sin embargo, la diferencia con la temperatura del aire es probable que sea menos de 2 ¦C. El laboreo del suelo debería realizarse con bastante antelación a la estación de heladas y el suelo debería compactarse y regarse después del laboreo para mejorar la transferencia y el almacenamiento de calor. El método más efectivo es el uso de herbicidas para matar la vegetación del suelo o detener su crecimiento. Una vez más, esta práctica debería realizarse con bastante antelación al periodo de heladas.


9.Las coberturas de los suelos

Las coberturas con plásticos se utilizan con frecuencia para calentar el suelo y aumentar la protección. Los plásticos claros calientan más el suelo que los plásticos negros, y humedecer el suelo antes de aplicar el plástico mejorará más su eficacia. Algunas veces se utilizan coberturas vegetales durante la dormancia de los árboles cultivados para ayudar a prevenir el daño a las raíces por congelación y evitar el empuje del suelo hacia arriba cuando se congela; no obstante, las coberturas vegetales reducen la transferencia del calor en el suelo haciendo las plantaciones frutales más sensibles a las heladas una vez se han abierto las yemas. En general, las coberturas vegetales sólo se recomiendan para localidades donde hay problemas de heladas que provocan una elevación de la superficie del suelo debido a su congelación. 


Finalmente cabe recordar que entrará en vigencia el seguro contra accidentes climáticos para vid, olivo, tomate, melón, sandía, zapallo y membrillo. El Gobierno provincial llamó a licitación para contratar el seguro contra heladas y granizo, que este año tiene un presupuesto oficial de 7,7 millones de pesos. En el caso de heladas, el periodo a cubrir va desde el 1 de septiembre al 31 de diciembre de este año. Y para el granizo va desde el 1 de noviembre de 2018 al 31 de mayo del 2019.


El servicio es gratuito para aquellos productores de hasta 6 hectáreas, con el requisito de estar inscriptos en el RUPA.