JARDINES de infantes. En forma constante, los pequeños hacen sus visitas guiadas al predio de INTA EEA Pocito, donde instructores del Pro-Huerta les enseñan.


El Pro-Huerta, proyecto nacional de autoproducción de alimentos con base agroecológica, fue formulado en el INTA a principios de 1990 en momentos en que el país atravesaba una crisis hiperinflacionaria que, entre sus consecuencias, agudizó los problemas de abastecimiento alimentario de los sectores más vulnerables. Por aquel entonces se multiplicaban las familias que no llegaban a satisfacer sus necesidades básicas, que entraban en situación de pobreza o en pobreza extrema. La autoproducción familiar y comunitaria era una opción concreta para incrementar el abastecimiento de hortalizas frescas y una oportunidad de diversificar la dieta con alimentos de calidad. 


La capacitación, la asistencia técnica junto al aporte de Insumos estratégicos como semillas de variedades adaptadas a cada región y época de siembra y el acompañamiento sistemático en terreno se pusieron en marcha. La rápida difusión y sus beneficios movilizaron el interés en zonas rurales como urbanas y suburbanas dando lugar a procesos educativos en lo referido a producción orgánica a nivel familiar y grupal en nuestros oasis y áreas desérticas, a comprender los procesos de la Naturaleza y proteger los recursos del ambiente y sobre alimentación saludable.


El Pro-Huerta comenzó en algunas provincias, entre ellas San Juan en 1990 y el funcionamiento en el INTA favoreció la distribución territorial al resto del país, su continuidad y solvencia técnica. 


En San Juan se contaba con 3 técnicos y sólo 50 sets de semillas en 1990. ¿Qué mejor destino que la huerta escolar? En una alianza estratégica y con una larga experiencia de trabajo colaborativo en Extensión Rural se firmó el primer Convenio provincial del país entre el INTA y el Ministerio de Educación para la instalación de huertas escolares con enfoque agroecológico a nivel primario y secundarias agro técnicas. El primer año dio sus frutos: 50 huertas escolares en San Juan fueron un recurso pedagógico y demostrativo, generador de muchas otras actividades de aprendizaje activo y también de capacitación docente; en este marco surgió ADOA, la Asociación de Docentes de Orientación Agropecuaria en San Juan y un convenio marco especifico con el INTA. No había un presupuesto, pero abundaba el interés, el entusiasmo y la energía. 

Elena Hidalgo, líder en San Juan.



La unión hace la fuerza

En la promoción de la huerta en San Juan se sumaron desde el inicio otros compañeros de ruta: los agentes de Atención Primaria de la Salud, con larga experiencia de trabajo conjunto en territorio, con idoneidad llegaban hasta parajes remotos para proteger la salud y educar. Nos unía un objetivo común asociado a la seguridad y soberanía alimentaria, también otros temas como higiene y potabilización de agua. 


Convenios posteriores con PAMI incorpora a Centros de Jubilados en todos los departamentos, ¡y que siempre lograron las mejores huertas! Uniones vecinales, iglesias de todos los credos, asociaciones no gubernamentales, jóvenes y niños voluntarios y profesionales se fueron vinculando. 


En 1992 se amplía significativamente la cobertura nacional del Programa articulado con el conjunto de políticas sociales. Desde 2003 se constituye en un componente del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria (Ley Nacional 25.724/03) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación por Convenio Nacional firmado con INTA.


A la puesta en marcha de huertas familiares, escolares y comunitarias se sumó "la granja" unos años después en una búsqueda por completar la dieta con el agregado de proteína de origen animal con aves de corral (huevos y carne de pollo) y conejos. Al mismo tiempo, iniciativas locales y nuevas demandas dieron lugar a múltiples componentes tales como Construcción de Herramientas, Educación alimentaria, Agroindustria familiar, Aromáticas, Compostaje, Frutales, Invernáculos, Agua y riego, ferias locales, grupos productivos, proyectos especiales y grupos de abastecimiento local, entre los más relevantes. Esta experiencia argentina en seguridad y soberanía alimentaria fue solicitada y promovida en otros países de Latinoamérica, Caribe y África mediante acciones de Cooperación Sur-Sur y Triangular a través de misiones técnicas de cooperación internacional, cursos en Argentina e intercambio de técnicos y expertos. Acciones de cooperación en relación a Pro-Huerta fueron promovidos por JICA, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.

Suplemento Verde, en Jáchal, en los años 90. Al centro, Carlos Rojas, referente del Programa Pro Huerta en esa zona.
Salsas de tomate, dulces y conservas, se elaboran.

Solidaridad puesta en práctica total


El Pro-Huerta atrapa con una fuerza espontánea a las familias y moviliza a mujeres, ancianos, niños, jóvenes con un entusiasmo contagioso. El éxito o la magia de Pro-Huerta -visto hoy a la distancia- es la trama vincular que fue generando desde los inicios y desde la base, sumando voluntades, ideas, conocimientos, recursos y energía. Una de sus mayores fortalezas ha sido la calidad de los vínculos, siempre basados en el mutuo respeto, la honestidad y el compromiso. 


Los promotores de Pro-Huerta son la solidaridad puesta en práctica: viven en el área, conocen las necesidades de los vecinos, distribuyen los insumos con equidad y aseguran la inclusión. El reconocimiento local a esa tarea solidaria ha retroalimentado durante décadas la vocación de los promotores voluntarios, que se ganaron la confianza con voces de aliento, con información y acercando con interés semillas o plantines para motivar el cultivo de una huerta, en otras ocasiones, pollitas ponedoras o conejos para estimular pequeñas granjas o un frutal como premio a las mejores huertas, en todos los rincones de la provincia. 

Elena Hidalgo, y los ing. agr. Antonio Raúl Acosta (izq.) y Omar Miranda, en una entrega de kits de semillas en el 2008.


A la energía y el entusiasmo del voluntariado se suma la convergencia de entidades locales. En el territorio que comparten se afianzaron relaciones horizontales y colaborativas entre técnicos locales, docentes, agentes sanitarios y referentes de organizaciones e instituciones que incrementaron la cantidad y diversidad de actores vinculados con el Programa. Se podría concluir que esta diversidad ha fortalecido el crecimiento sostenido del Programa Pro-Huerta más allá del presupuesto disponible, del mismo modo que la diversidad biológica hace sostenible los ecosistemas en la naturaleza.


Desde 1995 se inicia la Cooperación argentina con Haití con resultados excelentes. Pese a las diferencias culturales, históricas y socioeconómicas, se destaca la gran similitud del proceso de participación genuina "de abajo hacia arriba" del Pro-Huerta Haití y la evolución de Pro-Huerta en Argentina. También fueron similares los resultados: por cada peso invertido las familias cosechaban por un valor 10 veces mayor. Misiones de cooperación técnica sobre la experiencia argentina de Pro-Huerta fueron solicitada por países de América latina como Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guatemala, México, Paraguay, por países del Caribe como Grenada, Haití y República Dominicana y de África, Mozambique y Angola.


En ocasión del INTA Expone Cuyo, realizado en 2015 en INTA San Juan, el equipo provincial integrado por 20 técnicos y 1.200 promotores (950 de ellos en la base de datos del Programa), había logrado 23.500 huertas en San Juan y la meta para el año siguiente era llegar a las 25.000 huertas en primavera-verano. Ese mismo equipo, formado en la acción colaborativa y el trabajo en redes recibió a los técnicos y delegaciones de promotores de todas las provincias argentinas. Asimismo, tuvo a su cargo la instalación y atención al público mostrando las tres huertas típicas de nuestra región cuyana: huerta del oasis, del árido y de valles cordilleranos, espacios recreativos infantiles y actividades educativas para escolares.

El equipo sanjuanino completo, en la INTA Expone 2015.


La escala de intervención alcanzada por el Programa Pro-Huerta en el ámbito nacional a esa fecha fue: 600 técnicos, 840.000 huertas, articulación con 10.000 instituciones y organizaciones, en el 88% de los municipios del país y abarca una población de 3.945.086 habitantes. 


En 3 décadas se proyecta y agiganta el legado de pioneros cuyo recuerdo pareciera florecer en cada temporada. Actores inolvidables en Pro-Huerta San Juan son el Ing. Antonio Raúl Acosta, ex Director del INTA San Juan, experto en Horticultura y maestro del equipo técnico provincial; Chely Ríos muy cerca de sus promotores y familias en Chimbas, como Cristina Jofre en Iglesia y Juan Rivero en Calingasta.


Celebrar 3 décadas es también renovar el compromiso de transformar la crisis en una nueva oportunidad.

EN CIFRAS

  • 840.000  es el total de huertas, que el Programa Pro-Huerta hizo en el territorio nacional. 
  • 88  por ciento de los municipios del país alguna vez tuvieron vinculación con este plan.
  • 600  técnicos tuvo el programa a nivel nacional, en su etapa de mayor expansión.
  • 23.500  huertas había en San Juan, informadas en el INTA Expone 2015, un récord.
  • 20  técnicos y 1.200 promotores poseía nuestra provincia en la expo mencionada.