Suplemento Verde  de DIARIO DE CUYO dialogó con Raúl Robín en la sede de CAME de Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO entrevistó a Raúl Robín, vicepresidente tercero de la Cámara Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa -CAME- que representa a 1.544 federaciones, cámaras, centros y uniones empresarias. A través de los sectores Industria, Comercio, Economías Regionales, CAME Joven, Mujeres Empresarias, y Turismo, agrupa más de 600 mil Pymes y 4,2 millones de empleos.


A través de su secretario de Relaciones Internacionales, el ingeniero sanjuanino Juan José Ramos, dialogamos con Raúl Robín de la siguiente manera:



- ¿Cómo evalúa la llegada de un dirigente empresarial, Raúl Etchevere, al Ministerio de Agricultura del gobierno nacional?

- Un punto destacado de los primeros encuentros con él fue la iniciativa de trabajar con las mesas de competitividad a modo de observatorios de cómo juegan los diferentes factores en las cadenas de producción, industrialización y comercialización en cada sector.


El problema, el más grave, que tienen los productores primarios en nuestro país es ser el único eslabón que no puede poner el precio sobre su producción. Es quien más riesgo empresario tiene, con un año trabajando para obtener la uva, el ajo o la aceituna; está mirando el cielo para ver si cae piedra, hay sequías o heladas; una vez obtenida su cosecha, está obligado a vender rápido y resulta que el precio no lo puede poner sino que lo hace el mercado entre comillas, es decir, otros...


En cambio si el comerciante compra mal, vende mal y pierde plata es un tonto. El industrial igual. El Estado gana su dinero con la presión impositiva sin arriesgar nada. El transportista tiene su precio.
Por eso nuestro primer problema y al mismo tiempo desafío a enfrentar cuando creamos la secretaría de Economías Regionales en CAME, es poner en visibilidad en la sociedad argentina esa situación.

- ¿Y también la agenda de las políticas públicas...?

Las grandes ciudades no conocen el esfuerzo y el sacrificio de los productores primarios y en consecuencia una ama de casa va al súper o hipermercado y paga $50 un kilo de tomate y piensa al productor como un millonario y no es así.


Este tema en la reunión con Etchevere tuvo muy buen eco. Nosotros creamos el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) en CAME, poniendo en visibilidad cuánto paga por un alimento la familia argentina y cuánto gana un productor primario para 24 productos de la canasta familiar desde hace ya dos años.


Eso generó todo un cambio porque el periodismo se lo apropió, no porque a la gente citadina le interese si un productor gana o pierde plata, sino cuánto paga una familia por sus alimentos, a veces hasta un 1.000% del valor original. Esto hace que el periodismo se apropie de este índice que evidencia la injusticia de que un productor sólo reciba el 10% del valor de mercado final de un producto.


Lo primero establecido por Etchevere es la creación de estas mesas donde estén sentados representantes de todos los eslabones de la cadena: el productor, el industrial, el transportista, el comerciante mayorista y minorista; los mercados y el Estado como causante de gran parte de la distorsión de precios, con el fin de mejorar la competitividad. Por eso celebramos la creación de las mesas.



- ¿Qué balance hace del 2017 y las economías regionales?

- El 2017 no fue bueno en general, hay algunas actividades que todavía por su eficiencia y posición dominante en algunos mercados son rentables como el limón y el arándano en contraestación en el Hemisferio Norte. Pero en general los cultivos intensivos están crisis.


Hay un problema en la macroeconomía argentina que nos deja fuera de los mercados. Nuestra economía es muy cara. Tenemos los salarios más caros de la región, los precios del transporte y la presión impositiva más altos de la región.


Así nuestros costos nos dejan fuera de la posibilidad de competir, como en la uva de mesa, olivicultura, la mandarina, peras y manzanas, el ajo y el arroz entre otros. En el 2017 Argentina exportó menos en volúmenes y U$S que el año pasado.


Y hay otro problema: como estamos fuera de costos y precios siendo caros, el gobierno argentino abrió las puertas a otros países y como no podíamos vender afuera, ahora debemos competir en el mercado interno con uvas, damascos, duraznos, peras y papas de otros países, por ejemplo.


- Como en el caso del vino...

El caso del vino es un caso, un ejemplo total de esta realidad. ¿Cómo es posible que estemos importando de Chile? El único que paga la consecuencia de esta realidad es el productor primario de uva para vinificar.


A las grandes bodegas comercializadoras de marcas masivas en distribución no les da lo mismo en distribuir vino chileno, al ganar más dinero comprando vino chileno barato, metiéndolo en su botella y con su marca y vendiéndolo caro en nuestro país. Y el gobierno no ha hecho nada al respecto.


- Y entonces, ¿cómo ve el 2018?

El 2018 es un año clave. El gobierno nacional ha decidido avanzar en su política económica con el fin de lograr el equilibrio fiscal. Que es la principal causa de la crisis económica argentina, generando endeudamiento, inflación y pérdida de la competitividad de las pymes.


El gobierno ha tomado la decisión de lograr ese equilibrio fiscal y mejorar la economía. Esperemos que lo logre. Pero sí queda claro que este va a ser un año duro en la política y en la economía.