Autorizado. El “Bacho”, como se lo conoce en Los Berros, es un hombre de consulta permanente en materia de pequeños productores caleros en la Cámara Minera de San Juan.

Hace más de 30 años que Basilio Araya se dedica a la producción de cal en la localidad sarmientina de Los Berros. Actualmente trabaja en sus canteras con dos de sus hijos y una flota de 12 empleados más.

El histórico trabajador nacido en Chile hace 71 años comentó que la situación que atraviesan los pequeños productores no es nada buena pero que sigue poniendo el hombro para que no se vean afectadas las fuentes de trabajo.

“Trabajar en un sector que no está bien es difícil, hay que tener mucha paciencia y amar mucho lo que se hace. No es fácil tener que contar peso por peso para poder realizar aportes y tener a todos los trabajadores en blanco y a su vez tener una buena calidad de producto y también tratar todo el tiempo de ampliar un poco el mercado porque con lo que se vende no alcanza”, dijo.

Basilio recordó que en abril del año pasado compró en YPF Lujan de Cuyo 8 viajes de carbón (combustible utilizado para los hornos caleros) a un valor de 560.000 pesos. Y exactamente un año después, tan solo uno de esos viajes le implicó un costo de 300.000 pesos.

“Yo hacía un promedio de 100 mil bolsas mensuales hasta hace un año atrás y ahora estamos en 30 mil bolsas por mes, tratando de mantener a todo el personal. Le sigo poniendo el hombro pero hay que ver hasta cuando. Apuesto mucho a la calidad y eso me ha hecho mantener mis envíos al interior del país como San Luis, Córdoba, Santiago del Estero, etc, pero hay que tener más cintura que Mesi para seguir trabajando en Los Berros”, evaluó.

Sobre el contexto de crisis que atraviesa el país en materia laboral, el minero no metalífero explicó que cada uno desde su lugar de responsabilidad debe cuidar el trabajo del que tiene al lado y abajo, mientras que con las personas que se oponen a la actividad minera y la critican “hay que sentarse a conversar en profundidad”.

“Creo que la minería es la industria que más respeta y cuida el medio ambiente. A nosotros cada 15 días nos llega a la cantera un control de medio ambiente, de seguridad, nos exigen cosas, nos explican otras. Uno piensa que la actividad se desarrolla automáticamente y no es así. Hay muchos intereses de por medio en la gente que se opone a la minería, con ellos hay que sentarse a conversar mucho para que vean que esto es una fuente de vida y de progreso”, sentenció.