Desde los inicios de la humanidad existen aquellas personas que en un principio afirmaban tener un don especial, casi único, como es el poder de la adivinación. El Tarot pertenece a este mundo, y hasta hace unos 50 años atrás visitar un tarotista era con el fin de obtener respuestas sobre qué iba a suceder, y si se podía saber cómo y cuándo, mucho mejor.

Hoy eso ha cambiado. La interpretación se basa más que nada en porqué pasa por lo que pasa y cómo cambiar el rumbo para evitar la mala fortuna. Por lo menos esa es la línea que sigue Federico Gabriele, quien además de ser Licenciado en Ciencias Política y escritor, hace tiempo viene incursionando y perfeccionándose en la tirada de cartas de Tarot.

Quienes tienen una creencia ciega afirman que el Tarot es un oráculo para leer el pasado, presente y futuro de las personas; otras optan por comprender este arte como herramienta de crecimiento humano; mientras que los más escépticos afirman que es un gran fraude, una forma de jugar con la necesidad de la gente y estafarla. Antes de definir una postura siempre es bueno conocer un poco más sobre el tema.

Federico afirma que tanto el Tarot como la astrología, runas, péndulo entre otras mancias no están avaladas científicamente, pero esto no invalida estas técnicas que son igual de antiguas que la existencia de la humanidad. “Hay numerosas biografías que responden a diversas corrientes: hay corrientes terapéuticas, psicológicas, predictivas que anuncian hechos puntuales a suceder en la vida de la persona, pero ya no se usa tanto. También corrientes inglesas, alemanas, budistas, astrológicas. Hay un sinfín de material para todos los gustos y necesidades. En mi caso he estudiado mediante diversos autores. Algunos de los exponentes más renombrados son Alejandro Jodorowsky, Marianne Costa, Sallie Nichols, Paul Marteau entre otros”. Luego de un buen tiempo de estudio y práctica, la intuición de cada cartomante termina de definir la lectura e interpretación.

Nombre y fecha de nacimiento, las claves para la lectura de cartas

A la hora de realizar una consulta se deben brindar como únicos datos el nombre completo y la fecha de nacimiento. “Se dice en el ámbito del Tarot, como en el esoterismo en sí, que la fecha de nacimiento de cada persona como su nombre no solo son informaciones del DNI, sino que constituyen la esencia de la vida y el destino, allí es donde está escrito todo”, comenta el tarotista.  

Luego de aportar esos datos, se elabora la pregunta. El tarotista baraja, corta el mazo con su mano izquierda en tres y es el consultante quien elige un mazo, donde estarán las cartas que brinden la respuesta que está buscando. Con relación a esto, Federico señala que hay cartas que hablan del pasado, del presente y del futuro; otras hablan de la situación real e ideal de quien consulta; están aquellas que explican cuáles son los bloqueos que no dejan que se llegue a la situación deseada, y otras que anuncian cómo será la conclusión de la situación en caso de actuar según refieren las cartas.

“Cada consultante tiene su propia carga energética de modo tal que hace brotar las respuestas. El tarotista solo, al menos en mi caso, se limita a leer e interpretar lo que observa en las cartas dispuestas”, detalla Fede.

Amor y trabajo, las consultas que nunca faltan

Un clásico de todos los tiempos en el arte de la adivinación son las consultas en torno al amor y el trabajo. Y el Tarot no es ajeno a ello.

Federico reconoce que desde que se dedica a la tirada de cartas las preguntas sobre amores en potencia, aquellos amores que vienen o viejos amores, incluso engaños amorosos predominan las consultas.

En segundo orden está el trabajo, la búsqueda del mismo, resolución de algún conflicto entre compañeros o con empleadores. Sobre situaciones y conflictos familiares también se consulta mucho.

¿Y qué pasa con la salud? “Hay por convención de la tradición en el tarot no trabajar con el tema salud. Es preferible que antes de consultar un tema tan sensible en las cartas, la persona vaya a su médico y haga su consulta pertinente”, resalta el tarotista.

Los sanjuaninos, ¿creyentes o incrédulos?

Como en todos lados las aguas están divididas. Están aquellos que creen en mayor o menor porcentaje y otros que apuestan más por los hechos y la ciencia como verdad absoluta.

Pese a ello, Federico ha notado que hay un alto interés desde diversos sectores, incluso desde el ámbito universitario y político. Afirma que al principio de la consulta suelen mostrarse temerosos y descreídos, pero Federico busca empatizar con quien consulta, para que al finalizar la lectura se vayan con más respuestas que dudas.

¿Se transmiten las malas noticias?

A veces las cartas no son del todo positivas, y eso puede afectar al consultante, sea o no creyente. Federico asegura que en el Tarot no hay margen de duda, por lo que cuando ve algo raro, prefiere conversar con la otra persona para ir conociendo la situación en la que se encuentra y preparando el terreno. “Trato que no suene como una noticia catastrófica. Hay que tener mucho tacto, mucha empatía y tratar de ser lo más suave posible a la hora de decir la parte mala”.

Tarot y pandemia, una ventana para las tiradas interactivas

Debido a la pandemia, los y las tarotistas también tuvieron que ajustarse y adaptarse a las nuevas tecnologías. En el caso particular de Federico, comenzó en su cuenta de Facebook a organizar vivos y realizar tiradas comunitarias interactivas. De esta manera él continua con su práctica, comparte su conocimiento y a su vez, puede conocer más personas.

La forma de realizar las consultas es similar a si fuera de manera presencial, brindando nombre, fecha de nacimiento y la pregunta, lo más concreta posible, para que la respuesta sea del mismo tenor. Actualmente realiza el Live los sábados a las 23 horas por su cuenta de Facebook @FedericoGabriele

Esta claro que no podemos afirmar como verdad absoluta ni negar rotundamente que detrás del Tarot hay un timo. En realidad, eso va a depender de la creencia de quien consulte, de su postura sobre el tema y de cuánto realmente necesite en su interior que alguien le sirva de guía ante un tema que lo tiene confundido o aturdido. Puedes creer o no, pero de que las hay, las hay.