Es de la familia de las Rosáceas. Originario del Sudeste de China, el níspero llegó a Europa procedente de Japón en el siglo XVIII como árbol ornamental. Su especie es Eryobotria japonica (Thunb.) Lindl. (níspero japonés). En griego, eriobotrya significa "racimo lanudo", y el adjetivo "japonica" hace alusión a su procedencia asiática. Aunque su origen es chino reciben el nombre del país que primero los aprovechó que fue Japón. El níspero es un árbol alto que puede alcanzar los 10 metros con facilidad.  


 
 Sus hojas  grandes, largas y onduladas salen desde ramas que nacen desde muy abajo y forman una copa redondeada. Se trata de un árbol de hoja perenne con flores agrupadas en panículas que llegan en otoño e invierno (de octubre a febrero) pero los frutos no maduran hasta el mes de abril, por norma general.  


 
 Sus flores  blancas y con intenso olor a heliótropo. Se encuentran agrupadas en panículas en número muy elevado, aunque se produce un importante aclareo natural y no cuajan todas. La floración se produce a finales de otoño o en invierno. La polinización: especie autocompatible, pero mediante polinización cruzada se aumenta la fecundación y el número de semillas por fruto, y con ello el tamaño. Es buena planta melífera. 
 


 El fruto  del níspero se llama níspero también y es un pequeño fruto más o menos redondeado, primero es verde, después se vuelve de color naranja y sabor dulce muy característico, aunque es habitual encontrarlo de sabor algo más ácido cuando no están bien maduros. Dentro hay una semilla marrón relativamente gruesa. El níspero es un árbol que no necesita grandes cantidades de agua para desarrollarse y producir frutos. Eso sí, la sequía veraniega incide negativamente en los frutos y las lluvias tampoco le hacen un gran favor a los pequeños nísperos. 


Respecto al mejor terreno para cultivar un níspero, los suelos arenosos con buen drenaje son los ideales pero los suelos arcillosos o calizos no le van nada bien. 
 


 Abonado:  


Requiere abundante abonado, aplicando N-P-K a concentraciones crecientes según edad. El fósforo y el potasio se aplican repetidamente porque el sistema radicular es superficial y no accede a estos elementos móviles. 
 
 Poda:   


Es más apropiada la formación de acuerdo a su hábito de crecimiento. La poda de regeneración consistirá en eliminar la madera muerta, llevando a cabo un aclareo de ramos bastante intenso para limitar el sobrepeso. El momento oportuno para la poda es a principios de septiembre; antes del inicio de la floración, ya que de realizarse en la época en que se practica a otras especies puede dar lugar a la caída prematura del fruto, por las pérdidas de reservas que provoca. El despunte se realiza para limitar la altura y se eliminan los ramos vigorosos, sin tocar los ramos fructíferos.