Foto: colaboración para Aprobar Marcelo Roco Barrionuevo



Tiempo libre y calor parecen ser una buena combinación para decidirse a tomar un curso de coctelería y tragos. Justamente Lucho Nievas -bartender- lo canalizó a través de su proyecto A-probar, juego de palabras, apropiado como ninguno, que encierra el nombre de la Academia Profesional de Bartenders, donde se puso en marcha un curso de verano para expertos y no tanto.


El curso está pensado en base a un programa de 14 clases de coctelería clásica y moderna, coctelería flair o acrobática y clases de vinos que se extienden durante enero y febrero. La iniciativa no sólo incluye el dictado del contenido en el entorno de una vinoteca sino además visitas a la cava del Hotel Del Bono Park y dos bodegas. Al finalizar, hay que aprobar un examen teórico-práctico que es la mejor prueba para hacerse acreedor del certificado de participación en el mismo.


"La idea es formar principalmente bartenders que sepan trabajar en el expendio de bebidas de una barra, que aprendan las recetas clásicas para poder crear sus propios cócteles, incluyendo especialmente cómo incorporar nuestra bebida principal de la provincia, que es el vino", explica Lucho Nievas, quien por supuesto, también le abre las puertas a todo aficionado -que sin ansias de convertirse en un profesional de las bebidas- tiene todo el afán puesto por aprender buenas mezclas y así deleitar a propios y ajenos.

Solo hay un requisito para asistir a las clases: hay que ser mayor de 18 años. A partir de ahí no hay límites. Cualquiera puede sumarse como alumno.


"Antes de utilizar una bebida en un cóctel, la presentamos, en todo el sentido de la palabra: aprendemos de dónde provienen las destilaciones de las bebidas espirituosas que vamos a utilizar como por el Vodka que se obtiene de la papa y los cereales, el Pisco y la Grapa de la uva, la Ginebra de las bayas de nebrina, entre otras. Analizamos cómo podemos combinarlas entre sí y con otros elementos básicos como las frutas. Las clases comienzan con la teoría, pero también incluyen técnicas, definiciones, todo el vocabulario aplicado al trabajo de un bar para luego plasmar lo aprendido en la práctica y por último degustamos las alquimias preparadas por los mismos participantes", resume Nievas el paso a paso de los encuentros que tienen lugar, según el mismo describe, en "una de las vinotecas con más historia y más belleza de la provincia, en la que se pueden encontrar, entre otros productos, vinos de todos los puntos del país, además de destilados de todo el mundo, delicatesen y utensilios de coctelería".


Hace más de un año que Nievas programa y proyecta este curso. Está convencido que la oferta gastronómica y de bares está creciendo a pasos agigantados en San Juan pero que de todos modos, queda mucho por hacer y por profesionalizar. Especialmente en el área de la coctelería.


Así fue como y en base a sus estudios previos, se animó a dictar las clases de Coctelería clásica mientras que las de vinos suma sus conocimientos a los del director de Wine Club, Sergio Almazán (además gerente de alimentos y bebidas del Hotel Del Bono). El apartado de Coctelería Flair está a cargo de Andrés Pato Reynoso, uno de los pocos cocteleros acróbatas de la provincia y que como si fuera poco ostenta 16 años de experiencia en el rubro.


Entre los tragos que se enseñan figuran algunos tradicionales como el Long Island Ice Tea (con Vodka, Tequila, Ron blanco, Cointreau, Gin, jugo de limón, bebida cola, etc), el Coctel Garibaldi (con Campari, jugo de naranja y rodaja de naranja para decorar), un Gin tonic (con tónica, ginebra y cáscara de limón), el Old Fashioned (Bourbon, whisky escocés o rye, terrón de azúcar y Bitter angostura).


La idea de los organizadores es repetir este tipo de cursos a lo largo del año.

Un profe experimentado


Desde que terminó la secundaria que Lucho Nievas aspira a ser profesor. Estudió geografía, pero pronto descubrió que lo suyo era la gastronomía. Y no sólo eso, también la coctelería y la somelerie. Justamente es en estos rubros que está cumpliendo sus anhelos de dar clases.


Sus primeros pasos como docente de coctelería las inicio el año pasado en el Instituto Gastronómico IGA. Además ha dirigido degustaciones en distintos ámbitos.


"Mi primera escuela de cócteles fue el Hotel Del Bono, donde di mis primeros pasos. Con el tiempo me di cuenta que quería ser un profesional y empecé a estudiar para afianzar lo aprendido en el hotel, a la misma vez cursaba gastronomía, y luego sommelier. Me encanta lo que hago", cuenta quien participó en al menos 10 competencias nacionales, regionales y provinciales, un mundial y un panamericano, incluso concursó para ganarse un lugar en el casting para un programa de Telefe, El Gran Bartender, al cuál finalmente no accedió. Pero eso no le quitó las ganas de seguir haciendo.


Tiene dos podios en su haber: en Mendoza en el 2015 cuando ganó con un coctel que lleva el nombre de su hijo, "Don Donato", el segundo premio lo ganó como "mejor técnica en destreza profesional" en el año 2016 en San Juan, en una competencia de vinos y cervezas organizado por la Unión de Bartenders, con un cóctel dedicado a su hermana.


El dato

Los cursos se dictan en Wine Club -hasta hace poco conocida como Vinoteca Ugarte- ubicada en calle Nueva España 446 sur, en Santa Lucía. Allí hay una sala de degustación, ambientada y climatizada que se utiliza para eventos, que en este caso se convierte en sala de estudios.


El valor del curso ronda los $2.000 pesos e incluyen las materias primas, el material didáctico y una especie de uniforme con el logo de la entidad organizadora. Se puede pagar en cuotas.