Jorge Aguilera es pocitano, nacido en Villa Nacusi. Como muchos sanjuaninos se formó en la escuela y universidad pública, estudió programación en la UNSJ y recién tuvo su primera compu casi cuando estaba por terminar la carrera. Se puede decir que viene de una familia humilde, muy trabajadora (papá municipal y mamá modista), y que muchas veces pasó necesidades porque el dinero no alcanzaba. Lo que nunca le faltó fue el amor, el impulso y el apoyo incondicional de una familia que supo entender que algunos objetivos demandan tiempo, aún más del esperado. Quizá esa sea la clave -además de su extrema perseverancia-, para obtener el mayor galardón al que un informático puede aspirar: El premio Sadosky que la Cámara de la Industria Argentina del Software otorga cada año a aquellas personas o equipos de trabajo por los aportes y esfuerzos a la industria tecnológica nacional.


El premio en la categoría "Start up del año" a la plataforma de software denominada Emenube fue ideada por él en el año 2011, y desarrollada junto a su socia desde aquel momento Julieta Gómez, ambos de 43 años y Pablo Rizzeto de 29, quien se incorporó en 2018. Los más nuevos del equipo son Florencia Riveros y Nicolás Rosales -con poco más de 20 años-, quienes trabajan de forma remota.


Emenube es un software enfocado al mantenimiento y gestión de flotas de vehículos y maquinarias que cuenta con inteligencia artificial que permite anticipar roturas, evitar accidentes de tránsito, ahorrar combustible, tiempo, entre muchas otras virtudes que la colocan por encima de las que ya existían en el mundo. 


El premio Sadosky provocó que en pocos días, el equipo Emenube llegará a los 100 clientes en Latinoamérica y en marzo serán parte de una empresa aceleradora y fondos de inversión de tres países que prometen realizar una inyección de dinero para aplicar este producto en los Estados Unidos.



-Jorge, ¿cuándo comenzaste a pensar el proyecto premiado?
En realidad lo ideé en 2011 cuando trabajaba en una empresa de transporte de larga distancia en el área de sistemas. Gracias a eso viajé a varias provincias y observé que todas las empresas tenían el mismo problema respecto del mantenimiento de sus flotas porque la información estaba muy descentralizada. Pedí que me capacitaran en el tema y así empecé a aprender sobre neumáticos y mantenimiento en general porque conociendo el tema podría pasarlo a un modelo matemático que se transformaría en un software. Así formamos un equipo que en ese momento estaba integrado por otras tres personas que se retiraron porque fracasamos en varias instancias. En todo ese proceso buscamos financiamiento pero no lo conseguimos nunca. No hemos recibido ningún tipo de apoyo a pesar de haberlo buscado.

- ¿Intentaron obtener apoyo oficial?
En aquel momento aún no existían las incubadoras, son más recientes. Ni nosotros sabíamos que éramos emprendedores. Nos inscribíamos en los programas que había y nunca cumplíamos con los requisitos porque aún no teníamos un producto ni vendíamos algo concreto.

- Quedaron vos y Julieta, ¿cómo hicieron para continuar viviendo y rescatando el proyecto?
Yo había renunciado a la empresa en el 2011 a pesar que estaba muy bien ubicado porque decidí reunir el equipo y me volqué totalmente al proyecto. Nosotros antes de llamarnos Emenube, éramos Cinco Nodos y hacíamos diseño web y comercio electrónico, nos posicionamos muy bien en ese tema y nos permitió conocer muchas herramientas. Logramos mantener clientes hasta la fecha aunque ahora ya casi no los podemos atender. Eso nos permitió sostenernos, sacábamos todo el dinero que ganábamos para continuar perfeccionando la idea, aunque nunca alcanzaba. Con Julieta no recibíamos ningún fondo y estuvimos a punto de abandonarlo, pero luego de varios días de angustia y lágrimas, decidimos pedir un préstamo a personas que confiaron en nosotros porque no podíamos hacerlo en una entidad al no tener trabajo formal. Con eso pagamos deudas . En ese momento se sumó Pablo Rizzeto, y entre los tres le metimos mucha fuerza para desarrollar la Versión Uno de Emenube. Con ese dinero y la ayuda de nuestras familias seguimos adelante, aunque pasamos momentos en los que no teníamos ni para comer. A fines de ese año logramos concretarlo y obtuvimos nuestro primer cliente en San Luis. Allí lo instalamos y lo pusimos en funcionamiento y pocas semanas después se sumó otra empresa de buses de esa provincia. La siguiente fue la empresa Mayo de San Juan y otra de Bariloche. Así comenzamos a andar, al punto que en 2018 fui nominado a emprendedor del año por la Nación pero lamentablemente no pude llegar a la final.

-¿Cómo es eso? ¿qué pasó?
Mi vuelo no salió. San Juan fue la única provincia que no llegó para participar. Nos apoyó la Dirección Pyme del Ministerio de la Producción de San Juan porque necesitábamos que alguien nos apadrinara, pero ese día hubo una tormenta terrible en todo el país y el vuelo no salió. Buscamos por todos los medios llegar y no se pudo. Además, era necesario estar presente porque tenía que exponer el proyecto. Igual fuimos noticia, pero no por ganar sino por no haber llegado.

- ¿En qué momento empezaron a crecer?
A raíz de la nota periodística que contaba que no habíamos podido llegar a la final del premio, una empresa que trabaja en Vaca Muerta nos contactó porque pensó que el producto era útil para ellos. De inmediato nos contrató y eso nos permitió expandirnos a Chile. En 2019 crecimos más en la venta del producto, pero sin llegar a lo que técnicamente se llama "un estado de balance", que es cuando el producto se financia solo.

- En la actualidad ¿cuántas empresas disponen de este software?
Hasta antes del premio muy pocas, y después del premio llegamos a las cien empresas en Latinoamérica. Un número que lo pensábamos para dentro de algunos años.

- Cuando decís Latinoamérica ¿a qué países específicamente hacés referencia?
Desde el Norte hasta el Sur estamos en San Salvador, Costa Rica, Puerto Rico, Venezuela, Colombia (hace poco nos confirmó una empresa que comenzaría a testearlo), Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina.

- ¿Cuáles son los motivos por los que recibieron el premio?, que seguramente son los mismos por lo que las empresas adquieren este software.
Nuestra plataforma ha ido evolucionando porque fueron los mismos clientes los que nos pedían amoldarlo a sus problemas. Nosotros empezamos con una solución que ayudaba a centralizar información, luego nos enfocamos en el mantenimiento preventivo y correctivo que afecta a tres variables de cualquier flota de vehículos: consumo de combustible, de neumáticos y costos de mantenimiento mecánico. Actualmente ya estamos en la versión 3.5, un salto enorme que dimos cuando comenzó la pandemia y el aislamiento. Nos reunimos y hablamos respecto de esta situación que se iba a convertir en una oportunidad porque quienes no estaban digitalizados iban a tener que hacerlo. En base a eso debíamos ofrecer algo diferente respecto de nuestros competidores. Así empezamos a trabajar sobre la analítica del mantenimiento. Nuestro sistema analiza el estado de mantenimiento de la flota y sugiere mejoras en ese plan para reducir problemas de seguridad, al punto que se ha llegado a disminuir distancia de frenado para controlar los neumáticos lo que implica menos accidentes viales, más seguridad para el conductor y baja en los costos. En la parte de consumo de combustible se logra bajar la huella de carbono que les permite a las empresas tramitar certificaciones sobre cuidado del medio ambiente. Estamos en un proyecto innovador e irruptivo en la industria porque trabajamos con series neuronales -inteligencia artificial-, que están aprendiendo los puntos de roturas de cada una de las piezas de cualquier tipo de vehículo, y les dicen aproximadamente cuándo se van a romper. Eso ayuda a cada empresa a tener previsiones de costos porque saben aproximadamente cuándo se romperá un equipo y de ese modo se puede gerenciar mejor una flota. Esta red neuronal de inteligencia artificial monitorea todo lo que sucede con la flota lo que ayuda al equipo humano de mantenimiento a que estén preparados para dar soluciones rápidas. Se desprenden muchas mejoras de todo esto. Ese ha sido el salto este año que nos ha valido la nominación y luego el premio.

- ¿Cómo hacen para estar a la vanguardia de la tecnología cuando se sabe que en otro punto del planeta ya alguien puede estar diseñando algo similar o mejor?
A nosotros nos pasa, creo que a todos los desarrolladores del mundo, que pensamos que siempre vamos un paso atrás. Creés que diste un salto y siempre hay otro que puede hacer algo mejor. Por eso lo primero es analizar a los competidores. Con Emenube pude hacerlo cuando tuvimos algo de dinero que nos daba cierta tranquilidad, antes no se podía. Empecé a buscar a los competidores de Argentina, luego del mundo y vi que sus tecnologías aún estaban en formatos de los años 90, pero ya habían copado parte del mercado, entonces debíamos superarlo. Encontrar una solución, que fuese mejor y que pudiera evolucionar acorde a la tecnología. Es decir contar con una estructura que no fuera rígida para que se pueda mejorar permanentemente.

- ¿Qué se viene ahora?
Consolidar la empresa para que haya más sanjuaninos como nosotros con trabajo. Nos enorgullece todo el talento que hay en la provincia, antes me molestaba que muchos empresarios cuando conocían nuestro trabajo nos preguntaran si éramos de San Juan. Ya no me molesta porque entendí que se puede hacer tecnología desde cualquier lugar del mundo. Ahora nosotros somos una nano pyme o menos que eso y la idea es crecer. Yo soy de la Villa Nacusi, mis orígenes son muy humildes, sé lo que es que te falten cosas. Nos gustaría consolidarnos para que mucha gente como nosotros trabaje.


El proyecto que ya está listo también es EmeZero, una plataforma que gestiona vehículos eléctricos y autónomos -es decir los que se manejan solos.


EMENUBE
En los inicios el proyecto se llamaba MNube la que mutó a "Emenube", más fácil de pronunciar y sin perder el significado. La letra M es de mantenimiento y movilidad en la nube, ya que la plataforma está destinada a gestionar flotas en un espacio de la nube.