Demetrio con 10 años y su primo Francisco se propusieron aprender a tejer para regalarle una bufanda y un gorrito a una nena que veían desabrigada en la escuela. A partir de ese momento, se convirtieron en protagonistas de una campaña que llevó donaciones tejidas al Hogar de Ancianos. Quieren seguir incursionando con puntos, lanas y agujas para poder armar ajuares para bebés y juguetes de crochet para otros chicos que no tengan regalos.