Lejos de cualquier elogio fácil, lo primero que surge de analizar la obra de gobierno de Domingo F. Sarmiento como presidente de la República Argentina, es que fue monumental. Impresiona observar cómo pudo haber logrado concreciones básicas para la construcción del Estado presente y futuro, hace siglo y medio atrás, en los seis años que fueron de 1868 a 1874.