Revolución. Actualmente, la red social Facebook cuenta con 2.320 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo. La firma tuvo que adaptarse a la revolución del teléfono móvil.

Considerada la mayor red social del mundo, Facebook está omnipresente en las interacciones personales online a día de hoy, ya sea por sí misma o por las aplicaciones de su propiedad, Instagram y Whatsapp. Nació hace 15 años como un experimento entre estudiantes de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).


La red, que actualmente cuenta con 2.320 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo, tiene sus orígenes en una plataforma más primitiva, Facemash, lanzada en 2003 con el objetivo de que los universitarios puntuasen el atractivo físico de sus compañeros a través de fotografías.


Facemash generó una fuerte polémica en el campus y fue cerrado por los responsables de la universidad después de permanecer operativa durante tan solo dos días. Pero en ese poco tiempo ya logró cerca de 22.000 votos emitidos por hasta 450 personas que se conectaron al servicio.


Este éxito inicial animó al joven de 19 años que se encontraba detrás de Facemash, un por entonces absoluto desconocido estudiante de informática y psicología Mark Zuckerberg, a desarrollar la que sería la semilla de la empresa actual, "The Facebook", junto a sus compañeros Eduardo Saverin, Dustin Moskovitz y Chris Hughes.


Así, el 4 de febrero de 2004 se pondría en funcionamiento "The Facebook", diseñada como un directorio para dar a conocer y conectar estudiantes y personal universitario entre sí y a la que 1.200 alumnos de Harvard se conectaron en las siguientes 24 horas.


El servicio rápidamente se amplió a otras universidades del área de Boston (Massachusetts, EEUU) y del resto del país, tras lo que cambió su nombre definitivamente por el actual Facebook y prosiguió con su expansión, primero entre los institutos de secundaria estadounidenses y luego entre universidades internacionales.


En septiembre de 2006, tras más de dos años en funcionamiento, la plataforma dio un salto que marcaría para siempre su futuro al dejar de ser una herramienta restringida al ámbito educacional y pasar a estar disponible para el público general, de manera que cualquier internauta podía crearse un perfil.


Este movimiento hizo que la compañía pasase a ser a partir de ese momento verdaderamente atractiva para las empresas de publicidad, y Facebook puso así los cimientos de un negocio que le terminaría representando unas ganancias de miles de millones de dólares en los próximos años.
Según los datos más recientes de 2018, Facebook recibió alrededor del 20 por ciento de todos los ingresos por publicidad generados en internet en Estados Unidos, únicamente por detrás de Google. Solo dos años después de empezar a aceptar usuarios de fuera del ámbito educativo, la plataforma se convirtió en 2008 en la red social más usada del planeta, un título que no ha abandonado desde ese momento, desbancando al entonces popular pero ahora prácticamente residual portal Myspace.


Tras cuatro años, en mayo de 2012, Facebook salió a la bolsa de Nueva York, en la que supuso la mayor oferta inicial de venta (IPO) jamás registrada hasta la fecha por una compañía de internet, consiguiendo 16.000 millones de dólares, que dieron a la empresa una cotización bursátil de 102.000 millones.


A modo de comparación, cuando Google salió al mercado ocho años antes en 2004, su IPO alcanzó los 1.900 millones. Durante los últimos años Facebook ha seguido creciendo, especialmente en los mercados emergentes, y se ha tenido que adaptar a la revolución del teléfono móvil, de donde actualmente proceden alrededor del 90 por ciento de sus ingresos por publicidad frente a una reducción de su uso en ordenadores.


En los dos últimos años, especialmente desde que "hackers" rusos usasen la plataforma para influir en las elecciones presidenciales de EEUU de 2016, la firma se ha visto envuelta en infinidad de polémicas, que la han situado al frente del debate sobre la privacidad y la comunicación en la era de internet.



En 2006, la red Facebook dejó de ser una herramienta restringida al ámbito educacional.



Garante de la libertad de expresión


Facebook se ha erigido en un auténtico titán de las comunicaciones en internet, lo que ha abierto un intenso debate sobre el papel de garante o regulador de la libertad de expresión online que la empresa debe desempeñar.


La compañía ha crecido hasta tal punto que alrededor de un tercio de la humanidad tiene actualmente una cuenta de Facebook, lo que le da una posición de dominio casi absoluto en el mercado.


Por un lado, la plataforma ha dado a millones de personas la posibilidad de compartir sus ideas y puntos de vista con una audiencia potencial gigantesca, lo que ha "democratizado" el mundo de la comunicación pública y ha supuesto un avance innegable en cuanto a libertad de expresión.


Por otro, la empresa se ha convertido en una de las principales herramientas que la ciudadanía usa para informarse, lo que ha hecho que tenga que pasar a plantearse cuestiones que poco tienen que ver con la programación y la tecnología, y mucho con decisiones editoriales y materias filosóficas en torno a la comunicación.


"Nuestras políticas se basan en los siguientes principios: seguridad, voz e igualdad", explicó en una entrevista una portavoz de Facebook que pidió no ser identificada para respetar las directrices de la compañía en cuanto a las declaraciones públicas de sus empleados.


"Nuestro objetivo es ofrecer puntos de vista diversos. Por defecto, permitimos todos los contenidos, incluso cuando los encontramos desagradables, a no ser que eliminar ese contenido particular pueda prevenir un daño concreto", indicó la portavoz de la empresa.


En ocasiones, manejan un alto grado de subjetividad más propio de un editor de prensa que de una compañía de internet cuya misión, a priori, no incluía erigirse en regulador de lo que la gente puede o no puede decir en la red.


Este debate ha encontrado una de sus máximas expresiones, especialmente desde las elecciones presidenciales de EEUU en 2016, en la publicación de noticias falsas y la propagación de teorías conspirativas online, algo contra lo que si la firma quiere luchar, la pondrá literalmente en el papel de un editor.