Se estima que cuando un nene cumple 5 años ya tiene más de 1.000 fotos suyas subidas a las redes sociales, aunque la cifra es mayor en casos donde los padres se encargan de postear todo lo que hacen sus hijos. Si bien puede parecer inofensivo, compartir imágenes de menores de edad implica serios peligros que no deben ser ignorados.

Denominada sharenting por los especialistas, es cada vez más común en una sociedad atravesada por el mundo digital: a diario, cualquier usuario de plataformas como Facebook o Instagram ve decenas de fotos y/o videos de niños y niñas que son publicadas por sus papás, hermanos, tíos, primos o padrinos.

Uno de los principales riesgos está ligado con lo que ocurre en el lado oscuro de la web, conocido como deep web, ese que parece no estar pero que crece con fuerza con el paso del tiempo. "Descubrimos diferentes grupos de pedófilos y pederastas en algunos foros de la dark web o en sitios específicos donde se comparten este tipo de información", alertó Emiliano Piscitelli, experto en ciberseguridad, en diálogo con C5N.com.

"Uno quizás no se da cuenta, pero la imagen de un hijo o sobrino puede ir a parar a uno de estos foros. Una vez detectamos que habían agarrado fotos del perfil de un padre donde se ve un nene con un osito", apuntó, en relación a algo que ocurre todos los días y es desconocido por la mayoría de las personas que navegan por internet.

Pero los peligros no solo están ligados con la pedofilia, ya que también hay personas que se dedican a otros delitos y aprovechan el descuido de los adultos con respecto a las imágenes de los menores. "Si uno expone demasiadas fotos de niños, delincuentes pueden hacer un poco de inteligencia y saber a qué escuela va para secuestros o extorsiones", advirtió Piscitelli.

Una simple foto de una nena en la puerta de su escuela el primer día de clases subida a un perfil de Instagram, en donde se ve el uniforme y logo de la institución a la que asiste, puede ser el anzuelo para que un desconocido concrete una extorsión contra los adultos a cargo.

Muchos piensan que esto se soluciona con pasar los perfiles a modo privado, pero esto puede ser una falsa solución: si la persona acepta a contactos que no conoce, las imágenes están igual de expuestas. Además, algún conocido puede compartirla sin mala atención a través de otros medios (WhatsApp, por ejemplo) y ponerlas en circulación.

¿Sabías que pueden usar la foto de tu hijo para una publicidad?

La mayoría de las personas que crean cuentas en redes sociales ignoran los términos y condiciones, aunque estén obligados a aceptarlos al llenar el formulario de los registros. Estos, en muchas plataformas, aclaran que todas las fotos y videos que se suben pasan a ser de acceso público.

En marzo de 2015, los neerlandeses Dimitri Tokmetzis y Yuri Veerman realizaron una particular campaña para concientizar sobre esta problemática: abrieron una tienda virtual con tazas que tenían impresas imágenes de menores tomadas de Flickr, una red social de fotos.

La idea no fue aprovecharse económicamente de los padres que no leen la letra chica, sino concientizar sobre los riesgos de postear una simple foto. Al igual que lo hicieron estas dos personas, una compañía podría tomar las mismas imágenes y utilizarlas para una campaña publicitaria sin pagar un centavo.

La movida tuvo una fuerte repercusión, especialmente en Países Bajos, y la tienda duró apenas unos días abierta: el dinero recaudado con las tazas vendidas se destinó a organizaciones benéficas de dicho país europeo.

Consejos a la hora de subir una foto de un menor a las redes sociales

Si bien los especialistas en Ciberseguridad como Piscitelli aconsejan no subir ningún tipo de foto o video de menores a las redes sociales, brindó una serie de recomendaciones en caso de querer hacerlo igual:

  • No mostrar la cara del niño o niña.
     
  • Evitar dar información de los lugares que frecuenta: por ejemplo, el uniforme o la fachada del colegio.
     
  • Hacerlo en un grupo cerrado de contactos, los cuáles deben ser conocidos.