El maximalismo ha llegado para quedarse en los enlaces. Frente a las bodas sencillas y discretas, esta tendencia se ha impuesto tras una temporada de cautela y ceremonias íntimas. Cada vez son más las parejas que, bajo la filosofía de ‘celebrar la vida’, apuestan por una jornada inolvidable, repleta de detalles y actividades para todos los invitados. Dentro de este fenómeno se ubica el regreso de una de claves más llamativas e históricas en materia de decoración festiva: las torres de champán. Elemento cinematográfico por excelencia y pieza clave en las celebraciones del antiguo Hollywood, las fuentes de espumoso triunfan en Internet y en las apps nupciales más conocidas, por su espectacularidad.

El champán es uno de los vinos espumosos más solicitados en los casamientos. Sinónimo de celebración y exclusividad, esta bebida supo convertirse en la gran aliada de los novios, en momentos como el brindis nupcial, antes del baile, junto a una mesa dulce o en una espectacular torre de copas. Esta última presentación se ha convertido en una de las tendencias de la temporada, después de estar presente en las bodas más estilosas y virales. 

Para encontrar el origen de este éxito decorativo hay que viajar al pasado. Ya en los años 20, que cintas como el Gran Gatsby y series como Boardwalk Empire retrataron en su esplendor, las primeras fuentes de espumoso hacían acto de presencia en fastuosas fiestas y en encuentros clandestinos por igual. Durante el siglo pasado, anfitriones, metres y camareros hacían los honores inaugurando la pirámide con las primeras notas de un espumoso reconocido, que no solo podía ser champán, también era cava o vino rosado. 

En un primer vistazo, diseñar la perfecta fuente de champán puede parecer un complicado reto, pero existen profesionales especializados que son capaces de darle forma a estas impresionantes fuentes. La primera decisión para acertar será conocer qué tamaño (mini, medio o maxi) quieren los novios para este detalle decorativo. El segundo paso, es escoger qué clase de copas encajan mejor con el estilo de la pareja. Las más empleadas son las conocidas como modelo Pompadour, que deben su nombre (y forma) a la leyenda que cuenta que fueron diseñadas a imagen y semejanza de los senos de la amante de Luis XVI, Madame Pompadour. Precisamente esta copa fue la favorita de las celebrities del pasado siglo (aunque los expertos considerasen que no era la más apropiada para la conservación del producto) fiesta tras fiesta.

Más allá del mítico modelo, existen otras opciones a considerar para la fuente de champán que conseguirán un resultado diferente, como las copas flauta o las de estilo tulipa. Cualquiera de estos diseños necesitan colocarse en escala, pues de la elección del número de piezas en la base dependerá la altura de la torre. Un detalle que se ve afectado, a su vez, por el lugar en el que se prevea colocarla, pues no sería lo mismo hacerlo en una mesa exclusiva para este rincón que en un ‘candy bar’, en el que se debe tener mayor precaución, dado que habrá más elementos.

Fuente: ¡Hola!