Animarse a reiniciar una pareja, luego de una separación, un divorcio o muchos años de soledad, no parece ser algo sencillo. Prejuicios, ansiedades y expectativas, el temor a volver a fracasar son algunos de los los escollos a sortear. Según explica el psicólogo Héctor Daniel Castro tanto hombres como mujeres manejan de modo diferente esta nueva situación.  En esta entrevista el licenciado da su visión y comparte algunos indicios y herramientas para permitirse disfrutar de una nueva relación afectiva por qué no, sana y duradera. 

¿Es fácil volver a empezar una relación de pareja después de una separación, un divorcio o inclusive años de soledad? 


Volver a empezar es un proceso que con los años puede ser más difícil, puesto que la persona viene con un bagaje de experiencias que puede ser condicionante a la hora de mirar nuevos vínculos. Las buenas o malas experiencias anteriores sirven a veces como proceso de comparación o anticipación. El cerebro se mueve por patrones, y para poder resolver, trata de buscar el patrón reciente más conocido. Por ello, tiende a veces a hacer las mismas cosas que antes (incluso las que no le dieron buen resultado) a la espera de que esta vez resulte diferente. Eso condiciona nuevamente a favor del fracaso. Hacer otra vez, algo que antes no me funcionó, esperando resultado diferente, es ilógico. Por ello, cobra vital importancia la elaboración del duelo de la relación terminada. Eso permite mirar con claridad, al otro, a uno mismo, y a qué cosas hicieron que el vínculo no perdurara. Muchas personas se apuran por miedo a quedarse solas. Muchas no dejan pasar el tiempo suficiente dado que no toleran la soledad y caen en vínculos de tipo "sustitutivos", es decir, al poco tiempo ya están en otra relación con alguien "aparentemente" diferente, pero que terminan dando el mismo resultado que la relación anterior. El duelo correctamente elaborado, da más posibilidades de una nueva relación más sana y duradera.


¿Es esta etapa un buen momento para encontrar pareja?


Siempre es un buen momento para encontrar a alguien para compartir un proyecto de vida. Más que el momento, hay que tener en cuenta cómo se arma el vínculo. Existen vínculos que permiten el crecimiento y la realización de ambos parteners, hay vínculos "desparejos" donde aparentan ser una pareja, pero uno de los dos está en un lugar más paternalista o maduro, y esos vínculos pueden descompensarse con el tiempo. Existen vínculos "no vínculos" que son aquellos que se mantienen durante años, sin avanzar, sin concretar, que sirven para "estar con alguien" pero en definitiva, no estar con nadie. Dependerá del grado de auto-conocimiento y madurez de la persona y la claridad con la que se posiciona frente a una relación, del éxito de esta. 

¿Hay diferencias entre hombres y mujeres para encarar esta situación?


Hay diferencias: los varones, tienden a ser más dependientes, se les suele dificultar más el sostén del duelo y la soledad y salen a buscar más rápidamente pareja (por lo que suelen fracasar más a menudo o repetir vínculos fallidos). Las mujeres, en cambio, suelen darse más tiempo y, por otra parte, la soledad pueden sobrellevarla mejor, dado que en la mayoría de los casos, se quedan a cargo de los hijos. Este último factor, puede jugar a favor de soportar mejor la soledad, pero en contra a la hora de búsqueda de pareja, dado que pueden tener menos disponibilidad de tiempo y para los hombres, es más difícil que acepten mujeres con hijos. 

¿Cuándo se está "listo" para enamorarse?


Creo que las personas sienten la necesidad de buscar a alguien para compartir la vida, estando listo o no para hacerlo. Sería saludable que cuando esa necesidad surja, la persona se pregunte si está en condiciones de hacer un buen vínculo y no repetir los errores. 

¿Cómo manejar la autoestima y cómo respetar los tiempos del otro?


El amor propio es un proceso que se construye a lo largo de la vida, las personas más dependientes de la mirada o de la confirmación del otro tienen ahí su punto vulnerable, que sin duda influye a la hora de hacer una nueva relación, porque tienden a ser posesivos, a tener dificultades para esperar los tiempos del otro o a discriminar los propios deseos de los del otro. Así como el duelo del objeto perdido (en este caso la relación rota) lleva su tiempo, sin dudas, enamorarse y saber quién es el otro, también lo lleva. Las personas más dependientes o inmaduras, tienden a idealizar rápidamente una relación, al poco tiempo, 1, 2 ó 3 meses de conocer al otro, dicen que ya encontraron "el amor de su vida" y en realidad, todavía están en una etapa de enamoramiento. Invierten demasiado amor en una relación que todavía ( por el poco tiempo transcurrido) no puede dar ninguna garantía de durabilidad y estabilidad, y luego a la menor respuesta de incompatibilidad con el otro, se sienten rechazados, lastimados o que el vínculo se cae.En realidad el amor suele estar demasiado idealizado. El amor es un proceso de construcción de a dos, es un contrato, y lleva sus tiempos de maduración, no se puede apurar, Hay que saber leer al otro, saber cuánto puede dar en el vínculo. No es calcular, es cuidarse.

¿Cómo superar los miedos, las inseguridades y la angustia que genera la nueva situación?


Dándose tiempo para elaborar el duelo, observándose, fijándose con sinceridad, cuáles son mis fallas a la hora de armar un vínculo, y si me cuesta verlo, pedir ayuda profesional. Eso me dará un plafón que me sirva para sostener mi proceso de reinicio de una relación.


Y ¿cómo romper con los prejuicios del qué dirán, dónde iré a buscar pareja y cómo hacer para no parecer alguien desesperado e inclusive alguien que teme a un nuevo compromiso?


En una provincia pequeña como ésta, dónde las personas viven bastante pendientes de la vida del otro, de la mirada y la opinión del otro, es difícil ir contra los prejuicios. Ser "separado" a cierta edad implica para algunos una etiqueta. Los prejuicios machistas, sobre qué se espera de las mujeres, etc. son un caldo difícil de beber a veces. Sin embargo, se puede lidiar con eso y salir adelante. Es muy importante saber dónde y cómo busco. Qué lugares frecuento. No está mal utilizar las redes sociales conocidas para buscar pareja, pero es importante entender el tipo de persona y de perfil que tiene quien las usa. Para no generar falsas expectativas o desilusiones o sensación de fracaso. Como adulto, debo saber leer desde dónde abordar a alguien o desde dónde me aborda. Quiero decir, en una aplicación de citas, es iluso que pueda esperar una pareja estable. Más allá de lo que la aplicación pueda ofrecer, tengo que entender cómo se usa en San Juan, que es el contexto donde vive. Muchas personas se meten en esos sitios y luego se sienten defraudadas porque solo consiguen vínculos superficiales o pasajeros... y es que no pueden ver que dadas las características del medio utilizado para vincularse, no se puede pedir más.


En ese sentido es importante que la persona pueda conocer cuáles son sus características personales a partir de las cuales puede vincularse. 


¿Cómo se manejan adultamente las expectativas y las ansiedades?


Las ansiedades y expectativas son normales en toda relación, no sólo de pareja, también cuando uno va a buscar un empleo aparecen expectativas y ansiedades. Eso no es un problema. Lo importante es poder tener una mirada realista de las cosas. Alguien que conozco hace un mes o dos, no puede ser "el amor de mi vida", alguien que me contactó por una aplicación de citas, es difícil que quiera una relación estable o duradera, más allá de lo que pueda prometer en su perfil. Alguien que no tiene el duelo de la relación anterior elaborado (con el proceso y el tiempo que eso implica) difícilmente puede ofrecerme una relación que no esté contaminada con lo anterior.

¿Es válido animarse a disfrutar como adolescentes de nuevas situaciones de pareja?


Es valioso animarse a disfrutar siempre, pero de acuerdo a la edad y madurez pertinente. Lo que no hice cuando era adolescente, puedo hacerlo a los 40 ó 50 pero no sería ubicado. Del mismo modo que no me vestiría como un adolescente a los 45, del mismo modo, no puedo amar como adolescente a esa edad. Todo tiene su tiempo. Una fantasía común en la gente es volver a amar como cuando era joven y eso es imposible, uno debe y puede amar de acuerdo a la edad y contexto en el que está. El amor debe mutar, eso es bueno. No se ama igual a los 20, 30 ó 60. Si intento amar igual, quiere decir que no maduré, que las experiencias de vida no me sirvieron para nada.

¿Cómo manejar la nueva relación con la expareja y los hijos en el caso que haya? ¿Hay que contarlo o mantenerlo en secreto? ¿Con qué herramientas se cuenta para animarse a empezar de cero y sin el fantasma de volver a fracasar?


Cada caso es único, como cada historia de pareja es única. Por eso es necesario estar atento al contexto vincular. Siempre es sano, una vez que la relación se estabiliza poder comunicarlo, a los hijos y a la ex pareja. No tiene sentido mantenerlo en secreto. 


En cuanto a las herramientas, siempre habrá miedos, fantasías, patrones anteriores que condicionen a la hora de comenzar una nueva relación. Los seres humanos somos seres con historia, y esa historia genera nuestra identidad, por lo que no podemos resarcirnos de nuestro pasado, pero sí podemos aprovecharlo a nuestro favor, haciendo un examen sincero de nuestra realidad, nuestros puntos vulnerables y la posición que tendemos a ocupar frente a nuestras parejas, para saber, qué queremos de una relación, que podemos ofrecer y dónde buscarlo. 


La pareja es una construcción que debe realizarse desde la completud. Es decir, si no estoy feliz conmigo y mi vida, difícilmente pueda estar feliz con otro y además, la idea del amor como elemento de completud, es bastante infantil, El otro no está para completarme o para darme lo que me falta, o para compensar mis miserias. El otro no está para hacerme feliz. Sólo cuando yo sea feliz por mis propios medios y vida podré encontrar la persona adecuada para compartir un proyecto de vida.