Aunque no existen recetas para lograr el éxito profesional, sí podemos hacernos conscientes de que existen algunos hábitos de la vida cotidiana, a los que podríamos llamar “tóxicos”,  porque entorpecen  nuestras relaciones personales en el quehacer diario, en el trabajo y, consecuentemente, nuestras posibilidades de crecimiento.

Y aunque podemos concebir el éxito bajo cientos de miradas y opiniones, lo importante es que evalúes qué es el éxito en tu ámbito, cuál es el significado que tiene para vos.

 

Posiblemente la mayoría de la gente coincide que el tener éxito es sinónimo de “ganar bien”. Sin embargo, a diario estudios nos revelan que existen personas bien remuneraras que no se sienten a gusto con la vida que llevan o se definen insatisfechas, y consecuentemente a esto, se encuentran deprimidas.

 

Ahora bien, cómo lograr aquellas metas que te has propuesto y evitar que los hábitos tóxicos te impidan alcanzarlas. Bueno, como consejo, identifica primero aquellos hábitos que quieres sacar o cambiar en tu vida.

 

Identificarlos consiste en que te hagas consciente de que éstos resultan ser un obstáculo para dar los pasos que te dirigen a tu meta. Pero la predisposición y valentía en cambiarlos será lo que finalmente te ayude a crecer y ¡el mejor momento es Ahora!

 

Aquí te dejo algunos de los hábitos tóxicos más frecuentes que logran entorpecer nuestro camino a diario:

 

  1. Comodidad. Sentirte cómodo y a la vez quejarte por eso, es una señal. Piensa como te sientes hoy,  ¿estás incómodo? ¿aburrido? ¿te quejas a menudo? ¿te enojas por aquello que no se hace? ¡Buen dato! Tienes que diseñar lo que quieres y entrar en acción. Salí de tu zona cómoda.
  2. Procrastinar. El significado de procrastinar es dejar una tarea para después, aplazar un compromiso, descuidar un proyecto o una meta. Quien procrastina desaprovecha las oportunidades. Con pensamientos positivos alimenta tu voluntad e intenta ser proactivo, ocupa tu tiempo y hazlo productivo.
  3. No planificar. Dejar tus tareas diarias al azar hace que desaproveches y malgastes tu tiempo. Acumular tareas o querer sentirte multitasking en el día puede que te lleve a sentirte agobiado y la “factura” después te la pasa tu cuerpo que trabaja en forma sobreexigida, lo cual seguramente impacte en tu desarrollo profesional. La solución a esto es que puedas definir tus objetivos y los calendarices. A cada actividad le asignas “su momento”,  esto te permite enfoque en lo que haces, la falta de enfoque y objetividad a la hora de trabajar conlleva poco rendimiento y resultados por debajo de lo esperado. Hacete tiempo para la lectura y el aprendizaje también, agendalo, será importantísimo para tu crecimiento.
  4. No delegar tareas. Si sos de las personas que se sobrecargan y quieren tener el control de todo, probablemente pierdas aún más el enfoque. Trabajar la confianza y ocuparte en mejorar tu escucha y comunicación, hará que tus relaciones sociales tomen valor y logres sentirte más productivo con un equipo que te compaña.
  5. Arrastrar los problemas personales  a tu ambiente laboral.  Todos tenemos nuestros malos días, pero eso no significa que debes dejar un problema personal influenciar negativamente tu ambiente de trabajo. Ya dijimos que el enfoque es necesario, y si bien problemas tenemos todos, es conveniente que logres “desconectarte” por un momento de esos problemas que te agobian, mientras hacés tu trabajo, para que logres productividad.
  6. No alimentarte bien. La alimentación y el ejercicio físico son fundamentales para que te sientas lleno de energía para realizar tus tareas. Come y ejercítate, que estos hábitos se conviertan en parte de tu rutina, para que mantengas buena salud física y mental.

 

¡Valorá, aprovechá tu tiempo y no pierdas las oportunidades!

 

Por Lic. Verónica Banega

Coach Ontológico Profesional.