Luego de agotar todas las presentaciones que realizó durante el 2023 y de una rotunda performance en febrero, la Sala Pablo Neruda del porteño Paseo La Plaza -el espacio que concentra a los mejores comediantes del momento en la Ciudad de Buenos Aires- se convirtió en su segunda casa. Ahí, el humorista chileno Felipe Avello afianzó una base que le permitió instalarse y poder recorrer las demás ciudades argentinas durante este año. En plena gira, el artista llegará con su show a San Juan este fin de semana. Avello hace gala de un estilo novedoso que se aleja del stand up americano y aunque tome algunos elementos particulares de este formato, está más identificado y alineado con el clásico formato de capocómico de teatro de revistas de los años ’80. Con monólogos sobre los más diversos temas cotidianos, ensamblados en una rutina familiar y enfocados desde la experiencia personal -directamente identificable con la de cualquier espectador- a medida que avanza en los relatos, se van tornado más absurdos y desopilantes, hasta rozar con la fantasía. 

“No trabajo el stand up comedy, con vestuarios estrafalarios, lentejuelas, baile y parodias. Voy hablando de cosas en común que comparto con los públicos en cuestiones que a todos afecta”, contó el comediante en diálogo con DIARIO DE CUYO. Y en esa línea, Avello subrayó que el sentido del humor de chilenos y argentinos tienen más cosas que los unen que aquellas que los separan.

“Antes creía que el humor siempre era local, que debía generarse con las complicidades de las cosas que ocurren en un lugar, pero con la globalización de las redes sociales me fui dando cuenta que todo es distinto, el humor se vuelve universal. Por supuesto que hay modismos y palabras de cada región, pero todos terminando riéndonos de las mismas cosas que en general nos ocurren a los latinoamericanos”, explicó, y puso como ejemplo uno de sus monólogos sobre las mascotas. “Ahora cuidamos mejor y le damos más cariño a los perros que a los hijos. Entonces, si llegamos a tener como hijo a una mascota, sea perro o un pingüino, va tornándose ya cada vez más absurdo”, apuntó.

Felipe reconoció también que la realidad siempre interpela al cómico y constituye una fuente inagotable de material para sus monólogos. “En nuestros países tenemos realidades absurdas y vertiginosas todo el tiempo. El mundo está muy loco y nos reímos de cosas similares, aun con sus matices. Los chilenos somos más reservados que los argentinos, en especial que el bonaerense o el porteño, porque ellos son más frontales, extrovertidos y directos”, señaló. 

En tiempos digitales, donde las imágenes, las redes y lo instantáneo dominan el entretenimiento de las personas, Avello admitió que el comediante actual debe valerse de múltiples recursos para captar la atención, que el espectador no se disperse y deje el celular: “Es todo un desafío. Hay que buscar diversas maneras de llegar al público y conectarse con él. En tik tok pasa por un video de pocos segundos y en Instagram basta con un meme para hacer reír. La gente está en otra sintonía, entonces, hay que estar ingeniando muchas estrategias para divertir”. 

Sin embargo, inmerso también en la vida moderna, con su cuota de caos e incertidumbre, considera que el rol del comediante no debe estar ausente: “El público buscar reírse, por más angustiante que sea la situación financiera o económica personal se tenga. Vivas en Chile, Argentina o México, siempre debe haber un motivo para reír”.

 

La cita será este sábado 13 de abril en el auditorio del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson a las 21 hs. Entradas: $12.000. El domingo 14 (a las 20hs.) estará en el Espacio Le Parc de Mendoza.