Cada nuevo encuentro es una aventura, poder dejar volar la imaginación y acercarse a la literatura desde otro lugar. Esa es la premisa en el club de lectura “Ratones de biblioteca de Baja visión” formado en la Biblioteca Chirapozú en Capital, a donde asisten personas con visión reducida o ciegas.

El club es producto de la unión de voluntades de la bibliotecaria Virginia Ponce, creadora del club Ratones de biblioteca Santa Lucía, junto a la Asociación Baja Visión San Juan, que buscaron un espacio para poder llevar a cabo estos encuentros de “lecturas intervenidas”, como les llaman. 

“Cuando cumplió un año el Ratones de Santa Lucía, la idea fue ‘¿por qué no apadrinamos el comienzo de otro club de lectura?’. Justamente estaban interesados los chicos de Baja visión, ellos querían ir a escuchar a nuestro otro club de lectura, pero les quedaba a trasmano Santa Lucía. Entonces ahí se nos ocurrió apadrinar la creación de otro. Entonces, bueno, me vine a Chirapozú y ahí empezamos este otro club de lectura con dos chicos del primer grupo” comentó Ponce a DIARIO DE CUYO.

El modo en que Virginia Ponce les presentó los dos libros que abordaron hasta ahora.

 

Aquello fue en septiembre del año pasado, siguieron hasta fin de año y desde hace un par de semanas retomaron. El primer libro que abordaron fue la gran obra de Isabel Allende, “Como agua para chocolate” que Ponce se encargó de diseñar el acercamiento usando objetos relacionados a la historia. “Las intervenimos a las novelas, preparo antes elementos que intervengan los sentidos. Los chicos tienen baja visión así que hay que estimular la parte auditiva, lo táctil, lo olfativo, el gusto en la medida que se pueda. La verdad que sí se podía hacer con lo olfativo, lo gustativo… en la novela menciona el chocolate, entonces hicimos chocolatada, un día fue sopa, así que trajimos sopa, hizo calor, nos la tomamos igual”, relató Ponce.

Un ratoncito con un bastón verde distingue gráficamente a este club que aunque está abierto a público en general, por ahora está integrado cien por ciento por personas con baja visión o ciegas. Así, la única lectora por ahora es Virginia.

“Cuando empezamos el año pasado éramos Mica, Germán y yo. Germán buscaba toda la parte sonora, él bajaba todos los sonidos. Preparábamos la lectura de antemano y entre Mica y yo íbamos leyendo los capítulos. Generalmente en cada encuentro leíamos dos capítulos, uno ella, otro yo y así. Ahora quedé yo nada más porque Mica y Germán están cursando en el mismo horario y ya no pueden seguirme ayudando, entonces sigo leyendo yo. Es un club de lectura mixto y gratuito, así que tengo fe de que ya va a entrar alguien más con quien pueda compartir la lectura. Aquí la lectura es presencial. Nadie lee nada en su casa, leemos cuando nos juntamos” dijo Ponce.

Por su parte, la presidenta de Baja Visión, Natalia Robledo, expresó su alegría y la de los integrantes de la asociación de poder tener esta actividad. 

“Estamos muy contentos porque los integrantes que participan todos los lunes están muy metidos en club; por ejemplo, los feriados cuestan porque saben que no habrá actividad, eso te da la pauta de que realmente es algo muy bonito que nos da la accesibilidad a la literatura, a la poesía y también a la confraternidad tanto entre personas de baja visión y ceguera con personas que no tienen ninguna discapacidad, pero que les interesa participar, les gusta lo que se está dando en el club de lectura. Así que eso significa que vamos por buen camino, además de haber esto tenido mucho alcance y cada vez se suman más” aseguró Natalia, quien a su vez, se mostró agradecida con Susana Paz, la directora de la Biblioteca Chirapozú, por brindarles el espacio y especialmente con Virginia por llevar adelante el club. “Virginia lo hace de corazón y le pone mucho empeño, mucha dedicación y eso se nota. Ella tenía esta idea, además ella ya tiene experiencia para hacer ese tipo de lectura, que es grupal y en voz alta, interviniendo la lectura con los sentidos, ya sea con sonidos, con olores, con texturas, dependiendo del capítulo que se va leyendo y qué elementos vaya presentando. Estamos deseando que esto crezca y que podamos seguir teniendo acceso a la poesía, a la literatura… para nosotros es muy lindo y muy importante” enfatizó.

A principio de año se reunieron junto a Ponce para planificar el año del club de lectura. “Surgió la idea de que como estamos leyendo un autor sanjuanino, Pablo Rojas (El sueño de la calandria), que cuando se esté por culminar la lectura de esta novela queremos hacer un encuentro con el autor con todos los integrantes del club de lectura, que nos pueda visitar y vamos a leer con él o tal vez él pueda leer a los integrantes” contó Natalia sobre la idea de que estos ávidos ratones de biblioteca puedan también tener contacto con un autor. 

 

> DATO
Club de lectura de la Asoc. de Baja visión funciona los lunes en la Biblioteca Chirapozú (Libertador 248 Oeste) de 17.30 a 20, gratis.