Al menos 40 personas murieron y más de cien resultaron heridas el viernes en un tiroteo seguido de un incendio en una sala de conciertos de un suburbio de Moscú, atribuido por las autoridades rusas a un “sangriento atentado terrorista”.

Según un reportero de la agencia Ria Novosti, personas con uniformes de camuflaje irrumpieron en el auditorio del complejo Crocus City Hall de Krasnogorsk y abrieron fuego antes de lanzar “una granada o una bomba incendiaria, provocando un incendio”. Señaló que “las personas que estaban en la sala se echaron al suelo para protegerse de los disparos durante 15 o 20 minutos” y muchos lograron “salir a rastras”.

Los servicios de rescate, citados por la agencia Interfax, describieron a los autores del ataque como un “grupo de dos a cinco personas no identificadas, con uniformes de combate y armas automáticas”.

El ministerio ruso de Situaciones de Emergencia informó que los bomberos lograron evacuar a un centenar de personas que se encontraban en el sótano del lugar. También hay operaciones en curso para “salvar a personas que se encuentran en el techo del edificio”, detalló.

Autoridades de la región de Moscú comunicaron que más de una veintena de heridos han tenido que ser hospitalizados, cuatro de ellos en estado grave.

La agencia TASS precisó que el atentado se produjo durante un concierto del grupo de rock ruso Piknik, cuyos integrantes fueron evacuados. Canales de Telegram advirtieron que, en el momento del ataque, en la sala de conciertos podrían encontrarse hasta 6.200 personas, ya que todas las entradas fueron vendidas.

“¡Toda la comunidad internacional debe condenar este crimen odioso!”, afirmó Maria Zajarova, la portavoz del Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, en Telegram.