En su edición de ayer, DIARIO DE CUYO había anticipado de manera exclusiva cómo la espada de Damocles pendía peligrosamente sobre la corta carrera política del senador sanjuanino Bruno Olivera, afiliado de ADN y vicepresidente del bloque libertario en la Cámara Alta. Es que, indignados con que el joven legislador se hubiera convertido en el blanco fácil de las mofas de todos los medios del país por ser el único senador de las filas del presidente Milei en firmar el escandaloso aumento de sueldo millonario de los senadores, los dirigentes de su partido lo citaron a una reunión cumbre. Una vez adentro, y a puertas cerradas, no ahorraron en detalles al transmitirle el enorme malestar que tienen por esa exposición tan negativa. Ya al término del cónclave, luego de casi cuatro horas de tensión absoluta, Olivera se fue de allí con un mensaje en tono terminante: no descarta, le aseguró a la dirigencia de ADN, dar un paso al costado y renunciar a su banca, para limarle así decibeles a semejante estruendo político.

El encuentro en la sede partidaria de Avenida Libertador comenzó ayer poco antes del mediodía y se extendió durante casi cuatro horas. Según pudo saber este diario por fuentes que participaron de la reunión, junto al interpelado Olivera se sentaron el presidente de ADN, Javier Pelletier; el diputado nacional, apoderado del partido y referente de LLA en San Juan, José Peluc; y el excandidato a gobernador Martín Turcumán, entre otros mandatarios y personas de peso en ese espacio.

Como estaba previsto, todos le expresaron cara a cara a Olivera la enorme bronca que sienten por cómo su espacio quedó “manchado” tras la movida del senador. Lo que sucede es que el sanjuanino no votó a favor de subirse el sueldo de 1,9 a 4,5 millones de pesos (cifra resultante tras la votación en el recinto), pero sí estampó su firma para que ese proyecto pudiera avanzar. Eso llevó a que todo el arco político nacional señalara a Olivera como el único libertario de la Cámara Alta que había impulsado la escandalosa trepada salarial en pleno auge de la motosierra mileicista.

A eso se le añadió una capa de suspicacia casi ineludible, ya que todos empezaron a hablar de un acuerdo previo entre todos los bloques para aprobar ese aumento de dietas casi en silencio, a mano levantada y sin debate alguno. La rúbrica del sanjuanino, aun cuando LLA votó en contra, fue lo que terminó de alimentar esa lectura.

Según las fuentes, Olivera escuchó en silencio todos los planteos. Su ánimo, revelaron, no era el mejor: se lo notaba bastante abatido ante la escalada de la situación. Una y otra vez dio la misma explicación, al decir que había cometido un error y que había firmado el proyecto del aumento sideral de las dietas simplemente porque creía que debía hacerlo por pura formalidad y nada más. No negó el impacto de lo que había hecho, pero insistió en que no había tenido ninguna intención oculta.

Pero la tensión durante la cumbre fue tal que le dijeron que no pocas voces del seno de ADN estaban pidiendo que diera un paso al costado. En realidad, el partido no puede hacerlo renunciar, eso queda sujeto a una decisión personal del propio senador. Ya en ese terreno fue cuando Olivera dejó caer la bomba y dijo que no descartaba abandonar la banca del Senado. En ese clima, lo último que se dijo fue que volverán a reunirse la semana que viene, seguramente ya con una decisión tomada.

 

ALGUNOS DATOS

Procedencia
El senador Olivera proviene del sector privado y es un reconocido empresario del rubro de los gimnasios en la provincia. Si renuncia a la banca, no se sabe cómo continuará su carrera política.

Asesores
Según publicó el sitio periodístico La Política Online, Olivera tiene 16 asesores pagos por su banca en el Senado. Y señala que previo a la sesión había hablado en una entrevista a favor del aumento.

¿Sucesión?
Si efectivamente el legislador elije dar un paso al costado (decisión que se conocerá la semana próxima), entonces quien debería asumir en su lugar es Enrique Montaño, exdiputado por Iglesia.